Día de niebla en Ceuta y día de mucho riesgo. Los marroquíes buscan bordear el
espigón del Tarajal a nado, ayudados de cámaras neumáticas que funcionan como flotadores, poniendo en riesgo su integridad física con tal de llegar a este lado. Y
Marsave se ha topado ya con varias alertas, teniendo que salir sus profesionales en motos de agua para localizar a estas personas en el mar. Igual que la
Guardia Civil. Las llamadas de socorro se escuchaban desde la orilla, en árabe pedían auxilio y eso servía para buscar su localización. Así, en el mar se han encontrado a un joven con un flotador que ya no podía más. En una roca estaba otro. Y se sospecha que pueda haber más casos porque las condiciones de nula visibilidad están siendo aprovechadas para eso, para cruzar creyendo que así lo tendrán más fácil cuando en el fondo están poniendo en riesgo su propia vida.
Las dos personas han sido encontradas con vida y entregadas a la Guardia Civil, cuyos agentes del Servicio Marítimo han procedido a llevarlos a buen puerto para su posterior examen. El destino que les espera es su retorno a Marruecos en aplicación de los tratados en vigor. No hay otra salida y ellos lo saben, pero intentan llegar al límite para poder escapar de su tierra. Hoy se puede contar bien la historia porque no se habla de tragedias, pero esto es la inmigración que se da en la frontera sur de Europa, en una Ceuta que es ciudad fronteriza con un lugar del que escapan jóvenes y niños. Se seguirá con la alerta durante toda la jornada porque se teme que con la niebla vayan a producirse más intentos de entrada arriesgados que pueden derivar en tragedias. Esta intervención se suma al rescate de
otros dos inmigrantes esta mañana cuando querían llegar a la Península a bordo de una pequeña embarcación o con una tabla de surf.