La marcha en recuerdo a las víctimas del 6F sirvió no solo para denunciar la política de fronteras sino también para exigir que Ceuta y Melilla dejen de ser espacios del no derecho en donde se permite que haya devoluciones en caliente
No a las vallas. Ninguna persona es ilegal. Las fronteras matan. Fernández de Mesa siempre estarás enchufado pero no olvidaremos el Tarajal. Estos son algunos de los mensajes que se pudieron leer o escuchar en la tarde de ayer durante el desarrollo de la Marcha por la Dignidad en la que participaron unas 600 personas para recordar a las víctimas del 6F. La llegada al espigón del Tarajal, en torno a las 17.00 horas, fue el momento clave de la Marcha, ya que allí, en pleno arenal, varios inmigrantes mostraron con gritos su protesta contra los muros de concertinas que separan no solo dos mundos sino que también acaban con las vidas de quienes intentan cruzarlos. Al otro lado, agentes de la Policía Nacional se habían dispuesto a la largo del espigón para evitar que alguien intentara pasar más allá de la línea. Solo dos años atrás esta misma zona era escenario de una auténtica tragedia migratoria, con el fallecimiento de 15 personas cuando intentaban cruzar a nado. Hubo además decenas de heridos. La investigación judicial en torno a estos hechos sigue adelante después de que la Audiencia ordenara al juzgado de instrucción número 6 que siguiera con la investigación, al considerar que no habían quedado agotadas todas las vías.
Sobre la playa del Tarajal se podían leer pancartas de todo tipo hechas de forma artesanal, conviviendo miembros de oenegés, representantes de partidos políticos como Caballas o Podemos y ciudadanos anónimos que se sumaban a la Marcha al estar concienciados en que otra política de inmigración es posible. A través de las redes sociales, Pablo Iglesias mostraba su apoyo a la marcha que había partido a primera hora de la tarde desde la Plaza de África. Durante todo el camino se corearon mensajes contra las vallas, se entonaron canciones y se extendió la hermandad mantenida todos estos días. Todo ello ante una constante presencia de la Policía Nacional, de componentes de los servicios de Información y hasta de los mismos agentes pero de Marruecos en vehículos camuflados.
La activista Pilu Alba leyó un manifiesto en el que recordó a las víctimas del 6F, “que intentaban llegar pero recibieron pelotas de goma cuando luchaban por no ahogarse”. Alba encuadró la marcha de ayer en la necesidad de mantener viva “la llama de la memoria. Las 15 víctimas son símbolo de una Europa que nos avergüenza, que levanta vallas y cuchillas, una Europa que contribuye a la rotura de puentes y a la exaltación del racismo”, destacó. Se recordó que el Mediterráneo es la mayor fosa común del mundo y que las fronteras de Ceuta y de Melilla deben dejar de ser el espacio del no derecho en donde Marruecos es el socio que hace el trabajo sucio. “Aquí hay un pueblo que se indigna, no vamos a consentir que se mutilen cuerpos en la valla ni más atrocidades como la del 6F. Cada año seremos más en decir que nadie es ilegal”, expuso, arropada por los gritos de cientos de personas que repetían eso, que nadie puede ser ilegal y que se debe cambiar una política que ha dejado muchos muertos. Alba trasladó también el sentir de los inmigrantes que buscan una “vida digna” y que reclaman que se cumplan los derechos humanos. “Piden leyes más justas porque las personas somos iguales en derechos y dignidad”.