Julio y la zona de Calamocarro-Aranguren. Son las dos marcas que se repiten siempre en los grandes
incendios que se han producido en Ceuta desde los años 80 y que han quedado recogidos en las estadísticas de
Bomberos por su extensión y gravedad. Todos los episodios que han consumido entre 40 y 90 hectáreas se han producido en este mes y siempre en la misma zona. Ninguna persona ha sido detenida por estar implicada en estos siniestros, porque tampoco las investigaciones dieron como resultado algo claro que llevara a la práctica de las detenciones.
Julio y la zona de mayor valor ecológico de nuestra ciudad: una combinación que lleva la marca de la tragedia a tenor de las propias estadísticas recogidas en el Parque de Bomberos. El pulmón común se va deteriorando cada vez que el fuego lo devora a dentelladas tan graves que ni siquiera da tiempo a una regeneración.
En Calamocarro hasta la barriada Postigo se produjo en agosto de 1993 el incendio más grave registrado en Ceuta con más de 90 hectáreas calcinadas. En julio de 1982, en la zona de Postigo-Jaral se produjo el más dramático porque
causó la muerte del soldado Güeto, tras la quema de 70 hectáreas. Ese día entraba a trabajar por vez primera como bombero quien ahora es jefe del SEIS, Miguel Ángel Ríos. No hay que alejarse mucho del lugar para seguir en esa misma ruta: 9 de julio de 2014, ardieron 34 hectáreas en Calamocarro-Aranguren;
5 de octubre de 2015, las mismas en la zona de Aranguren. A la cadena de sucesos se ha sumado esta semana el que ha arrasado unas 60 hectáreas, de acuerdo con la primera estimación de la Ciudad Autónoma una vez apagado, entre Calamocarro y Anyera.
El único incendio que se sale de esa ruta persistente es el ocurrido en el Hacho
Siempre la misma ruta y siempre graves. En las inmediaciones se sitúa el grave incendio del pasado verano, que aunque tuvo focos en dos días queda reseñado como uno. Fueron 74 las hectáreas calcinadas. Ese julio los medios aéreos del Ministerio volaron más de 9 horas (un tiempo superior, por ejemplo, al utilizado en toda la Región de Murcia durante el mismo periodo) para efectuar 92 descargas y ayudar a extinguir el fuego que a finales de ese mes se llevó por delante 74 hectáreas de masa forestal leñosa en García Aldave, por encima del Serrallo y Cabrerizas Altas.
Solo rompe la
tónica el incendio en el Monte Hacho de 2016, que se cerró sin culpables tras la detención de tres chatarreros.
Las cifras:
Ceuta ha perdido calcinadas 324,3 hectáreas desde 1991
Ceuta ha perdido desde 1993, cuando sufrió el mayor incendio forestal de su historia reciente, un total de 324,35 hectáreas de zonas verdes contando tanto superficie arbolada como no arbolada (leñosa, matorral o monte bajo), según los informes anuales que con información desde 1968 tiene publicados el Ministerio de Agricultura, aunque los datos relativos a la ciudad autónoma no se detallan hasta 1991. Históricamente, Ceuta nunca ha padecido grandes incendios forestales, que son aquellos caracterizados por superar 500 hectáreas de superficie forestal afectada. La estadística definitiva se obtiene del proceso informático de los Partes de Incendio Forestal.
El Parte de Incendio Forestal es un formulario que recoge para cada incendio más de 150 campos de datos. El mayor de la historia reciente de la ciudad tuvo lugar en 1993, año en el que se perdieron 95 hectáreas, 75 de zona arbolada.
El Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza cifró entonces en algo más de un millón de pesetas las “pérdidas” sufridas. El siguiente gran incendio local se registró en 2004, ejercicio durante el que quedaron arrasadas 21 hectáreas (solo cinco arboladas), aunque durante esta década el Ministerio lamenta en sus informes que hay años como 2006 en los que la Administración autonómica “no comunicó” datos “aunque se tiene noticia de al menos un siniestro del que se desconoce su fecha y superficie afectada”.
El lustro que comienza en 2014 ha sido, con mucha diferencia, el más negro para los montes de Ceuta en lo que a afectación por fuegos se refiere. El 9 y el 10 de julio de ese año se calcinaron 28,55 hectáreas de superficie forestal, 23,3 de ellas arboladas con pino carrasto (Pinus halepensis) ubicadas en terrenos de utilidad pública. En 2015 un gran incendio asoló a partir del 4 de octubre un total de 30 hectáreas de superficie arbolada con la misma especie de conífera que el anterior en el Monte de la Tortuga y su entorno. El fuego fue desencadenado por un ejercicio de tiro de La Legión con balas trazadoras. El ejercicio siguiente la estadística oficial solo recoge un incendio que acabó con 3 hectáreas de matorral y monte bajo y 2017 fue el único ejercicio de los últimos sin fuegos de gran propagación.