De casi mil grados alcanzados en la tarde noche de este viernes en el edificio de colores a los 60 registrados ahora. La auténtica bomba térmica focalizada en este edificio ubicado en el corazón de Ceuta sigue complicando las labores de Bomberos, cuyos profesionales se enfrentan a uno de los trabajos más complejos.
Sin descanso, por turnos y enfrentándose a situaciones adversas, tienen delante un auténtico reto. De hecho se trata de uno de los incendios más complicados de los ocurridos en el corazón de la ciudad.
Los repuntes del fuego pero sobre todo el no poder corroborar lo que pasa dentro del edificio por culpa de la temperatura alcanzada hace imposible no solo que no se sepa el daño real del inmueble sino también dar por terminado el trabajo que lleva todavía hoy a mantener a retenes fijos en la zona.
Lo que ha hecho tan complicada la labor es el tipo de material que se han encontrado y las altas temperaturas alcanzadas, lo que impedía que los bomberos pudieran estar mucho tiempo dentro. De hecho 4 fueron atendidos por quemaduras. A eso se suma la extenuación sufrida por estas características que superan la condición normal de un suceso.
Los bomberos han tenido que hacer intervenciones muy cortas pero continuadas, moviéndose con mayor facilidad conforme descendía la temperatura.
Realmente no se puede verificar todos los daños causados, las valoraciones hechas se sostienen en pareceres e impresiones porque hay primero que examinar todo y facilitar un movimiento normal en la zona antes de confirmar cómo está el edificio y sobre todo el origen del incendio para lo que será clave la intervención de la Policía Científica.
El edificio se ha convertido en una particular olla a presión que sigue amenazante para el SEIS y que provoca incertidumbre en unos vecinos que no saben a ciencia cierta cómo se encontrarán sus casas.
El edificio que ganó un premio, que se erigía en un inmueble de revista, ahora se enfrenta al reto de una normalización que costará tiempo.
Y después están los ka-fres que los apedrean... Cuanta mano dura hace falta...