En ocasiones la realidad nos pone ante el duro e inapelable espejo de la vida y nos devuelve, sin filtros ni cuidados, la terrible imagen de un fin para el que nunca estamos preparados. Pero si, además, como es en nuestro caso, termina segada la existencia de un ser que apenas había empezado a vivir, el inmenso dolor se mezcla con el horror y la incomprensión, como si la pérdida de un ser amado pudiese llegar a comprenderse alguna vez, como si algo pudiese curar ese brutal desgarro con el que la muerte siempre deja su marca a fuego.
Sin embargo, y si bien el insoportable suplicio que nos supone no poder volver a ver a nuestro querido Abdel-lah es algo que nos perseguirá por siempre, el calor, la presencia, el apoyo y el aliento que hemos recibido de muchísimas personas (tantas que, de antemano, pedimos disculpas por no poder nombrarlas a todas) nos ha ayudado a seguir caminando. De lo contrario, la tarea de seguir adelante hubiese sido aún más cruelmente insoportable.
"El apoyo y el aliento que hemos recibido de muchísimas personas nos ha ayudado a seguir caminando"
Por ello, queremos agradecer, en primer lugar, el apoyo y la humanidad de la Ministra de Defensa, Margarita Robles. Nos expresó su dolor por la tragedia acaecida y su apoyo en unos momentos en que todo parece vacío. Nos expresó su solidaridad, así como un enorme cariño que nos abrigó el alma en unos momentos en los que el frío lo dominaba todo.
Gracias también, tanto al Comandante General de Ceuta, Marcos Llago Navarro como al Segundo jefe de la Comandancia General, Fernando Rocha y Castilla, por su aliento y sus muestras de afecto.
Sería imposible, en este capítulo de agradecimientos, no mencionar al coronel Eduardo García Tafalla, a los oficiales, suboficiales, tropa, todos compañeros y amigos de nuestro Abdel-lah. Hemos comprobado que, desde luego, él no exageraba cuando aseguraba que en su Unidad todos eran una gran familia. Gracias de nuevo.
Sentidas y emocionadas gracias al Tercio de la Legión y a Regulares 54 por recordarle en el acto. Nunca lo olvidaremos.
Tampoco queremos dejar sin agradecer la labor, el tacto, la delicadeza y la entrega de la Guardia Civil, en este caso la de Málaga y especialmente a quienes están destinados a la unidad de Atestados. Gracias por tanta humanidad en esas horas tan terribles.
Gracias también al Colegio Médico y al Sindicato Médico por tanta comprensión.
"Queremos agradecer, en primer lugar, el apoyo y la humanidad de la ministra de Defensa"
Gracias, igualmente, a los profesionales de los medios de comunicación por su delicadeza, sensibilidad y profesionalidad a la hora de tratar la información. En esos momentos se agradece enormemente esa forma de trabajar que se basa en el respeto al dolor de la familia. Gracias de nuevo.
Gracias sin medida a las vecinas y vecinos de la barriada Vicedo Martínez, y su mezquita Abubakr. Nunca podremos devolveros el calor de vuestros abrazos que tanto nos ayudaron. Una y mil veces, gracias de nuevo.
Gracias igualmente al Centro Cultural Imam Warsh Ceuta Karim Ali y a sus representantes que hicieron todo lo que estaba en sus manos, y mucho más, para que no nos sintiéramos solos en este terrible trance.
Gracias a la Funeraria 4 culturas Al Qadr de Ceuta, y en especial a Nabil y sus hermanos por su talante y su saber hacer.
Sentidas gracias a las amigas y amigos de Abdel-lah por vuestra presencia y vuestro calor. Es imposible nombraros a todas y a todos, pero tened presentes que nunca olvidaremos tantas muestras de amor.
Y gracias, como no podía ser de otra forma, a toda Ceuta que, sin importar culturas, religiones o zonas de la Ciudad, se ha sentido padre, madre, hermano, hermana, familiar o amigo de nuestro Abdel-lah.
"Nuestras últimas palabras van Abde-lah, por siempre en nuestros corazones. Gracias por ser un ejemplo"
Nunca sabremos agradecer tantas muestras de afecto pero nunca tampoco dejaremos de recordar que en unos días tan devastadores, toda la ciudadanía de Ceuta estuvo apoyándonos y recordando a Abdel-lah. Es un orgullo ser de una ciudad como Ceuta.
Por todo lo expuesto, nos sentimos descritos por la escritora Isabel Allende cuando decía que “la muerte no existe, solo se muere de verdad cuando se es olvidado porque si se puede recordar a alguien, entonces siempre estará con nosotros”. Y así ha ocurrido y ocurre con nuestro querido Abdel-lah que, gracias al recuerdo de todos, siempre va a seguir entre nosotros.
Desde el corazón, desde el alma, desde el sentimiento, desde el dolor y desde el consuelo de no sentirnos solo en la pena: muchísimas gracias y cómo diríamos en casa, GRACIAS POR HACER FÁCIL, LO DIFÍCIL.
Nuestras últimas palabras van para ti, Abde-lah, por siempre en nuestros corazones. Gracias por haber sido un ejemplo en todos los sentidos y gracias por darnos esta lección de vida.
Vuela alto, pequeño.
Inna lillahi wa inna ilayhi raji'un (“De Allah somos y a Allah regresaremos”).