Habían dado con la clave, la que les iba a llevar a transportar hachís oculto en un camión que tenía algo especial para no ser detectado: un doble fondo preparado con un sofisticado sistema hidráulico hecho específicamente en una nave de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) para ocultarlo. Así empezó una relación perfecta con el narcotráfico de trasfondo: la tejida entre el constructor de ese sistema en Sevilla y un empresario de Ceuta, con naves en el puerto, dispuesto a cargar el hachís. Y entre uno y otro asoman los considerados dueños de la droga y la suerte de pequeños enlaces que tenían encomendadas varias funciones necesarias, todas ellas, para llevar a buen puerto el pase de drogas.
Con estos mimbres nace la llamada Operación Puntilla, explotada este martes con la participación de más de 150 policías del Greco de Cádiz y Campo de Gibraltar, además de las UDYCO de Algeciras, La Línea y Cádiz, con el apoyo de Ceuta. Con investigaciones que comenzaron en marzo de este año, el operativo se ha saldado con 27 detenidos y 15 registros en torno a un modus operandi que ha quedado detallado en el informe policial presentado ante el Juzgado de Instrucción número 2, que ha levantado el secreto de una causa judicial a cuyos detalles ha tenido acceso El Faro de Ceuta.
La fase estelar de la operación, la que se vio reflejada de forma más o menos brillante en gran cantidad de medios de comunicación, es el punto y final a unas investigaciones que comienzan cuando la Policía tiene conocimiento de que se está produciendo un tráfico de drogas, siguiendo métodos capaces de burlar ya no solo los controles fiscales a pie de embarque sino incluso la detección del hachís por medio de escáner.
Seguimientos, intervenciones telefónicas y estudios de causas anteriores vinculadas con el narcotráfico sirvieron para que la Policía diera con el empresario que tenía naves en el puerto de Ceuta situadas en la zona de la Puntilla: una de ellas adquirida hace unos meses y vinculada a los transportes y construcción, mientras que la otra estaba relacionada con los congelados. A través de varios enlaces en nuestra ciudad, investigados en esta causa y antiguos conocidos por la Policía, este empresario habría contactado con otro sevillano dedicado al arreglo de camiones, que se había ‘promocionado’ en la construcción de un sistema hidráulico para ocultar un doble fondo que prácticamente se presentaba como un ‘arma infalible’ para los pases de droga.
Fue así como se gestó esa relación entre Ceuta y Sevilla, facilitándose el sistema de doble fondo al empresario ceutí encargado de preparar el primer camión con la droga, que entró a nuestra ciudad procedente de las plantaciones de Marruecos por la frontera.
Mientras los investigados realizaban esas gestiones, la Policía Nacional mantenía su operación abierta. El camión perfecto, la ‘joya de la corona’ para este negocio, se preparó en Sevilla y tomó rumbo a Ceuta en la que podría denominarse una mera fase de prueba, ya que debía ser usado en varias rutas para fingir un uso profesional del mismo. Así en uno de los viajes cargó mercancía lícita, en concreto embutidos, que fueron descargados en las naves del puerto. Nada raro. Se tenía un camión con su doble fondo invisible funcionando. El sistema no era detectado ni con el escáner y tenía capacidad para ocultar 500 kilos de droga.
Así llegó el mes de julio y el momento de preparar la primera de las cargas: en concreto media tonelada de hachís, paso para el que entraron en escena los supuestos dueños de la mercancía, también de Ceuta, que fueron los encargados de captar ese alijo.
El camión se cargó con 500 kilos en Ceuta, todos ellos escondidos en ese doble fondo. En apariencia lo que se veía era un lote de frutas y verduras que se compró en tiempo récord, dando igual incluso que estuvieran en mal estado porque el valor no se encontraba precisamente en lo declarado en Aduanas.
La Policía, que según ha trasladado al Juzgado en su informe tenía ya las investigaciones muy avanzadas, optó por actuar. Así, el camión salió de la Puntilla, pasó por el embarque de Ceuta y desembarcó en Algeciras, al volante de otro de los detenidos: un transportista contratado específicamente para ese trayecto.
Aquel 6 de julio la Policía decidió intervenir, aunque el servicio se difundió en la prensa como algo casual fruto de la colaboración ciudadana. Al abrir el camión encontraron toda la droga. No se llegó a dar con su destinatario pero se obtuvo la prueba que ha servido para incriminar a los detenidos.
Se tiene sospechas de que la supuesta organización tenía previsto disponer de otro vehículo más, otro camión con un doble fondo de este tipo, garantizando así nuevos pases de hachís. Tenían la capacidad de disponer de droga, la tapadera perfecta en forma de actividad empresarial y el sistema de ocultación para evitar que la acción de las fuerzas de seguridad fuera fructífera.
De los 27 detenidos con los que se ha saldado la Operación Puntilla, una decena integra lo que podría considerarse el grueso del negocio, mientras que el resto son ‘satélites’ necesarios para la práctica de otros roles básicos. Consta también la presunta participación de al menos dos individuos que están en Marruecos y se encuentran en busca.
Las investigaciones iniciadas en marzo de 2019 asoman en la ruta de trabajo de la Policía Nacional después de otras operaciones de tráfico de drogas en las que aparece Ceuta en ese triángulo de relaciones que posa una de sus puntas en Marruecos y la tercera en la Costa del Sol. Incluso la Puntilla comparte algunos investigados con otras causas de tráfico de drogas seguidas en nuestra ciudad años atrás, en las que también quedó patente el uso de camiones para el traslado de narcóticos hasta el sur peninsular. Lo que marca la diferencia en esta actuación policial ha sido el ataque dado a lo que podría considerarse la infraestructura del tráfico de hachís, con la logística para su movimiento y el sofisticado sistema de ocultación adaptado a los camiones.
Un modus operandi similar ya se empleó para introducir grandes cantidades de cocaína en nuestro país, en el marco de una intervención llevada a cabo hace unos meses en España que nada tiene que ver con este asunto.
Estas vías de salida intentan sortear las presiones que durante este verano se han ejercido sobre la vía marítima con las narcolanchas. El negocio no descansa y la mercancía que crece en las plantaciones de Marruecos busca salir de cualquier manera hacia un mercado europeo receptor y garantizador de que funcione un esqueleto que mueve muchos millones de euros.
El Juzgado de Instrucción número 2 de Ceuta dictó este viernes autos de entrada en prisión para seis de los ocho detenidos en la operación contra el tráfico de drogas que fue desarrollada por la Policía Nacional en nuestra ciudad y varios puntos de Andalucía y que este mismo viernes habían sido trasladados al Juzgado. La Fiscalía interesó cárcel para todos ellos y no fue hasta la tarde de ayer cuando se acordó la medida privativa de libertad, ingresando solo seis en el centro penitenciario de Mendizábal ya que para dos se impuso una fianza de 6.000 euros para evitar su entrada entre rejas.
Habían sido puestas a disposición judicial en Ceuta solo 8 personas, aunque el cómputo global de arrestados alcanza los 27, ya que esos ocho eran los considerados piezas clave de la organización, estando entre ellos los arrestados en Loma Margarita (dos personas) y la pareja de empresarios. El resto, detenido en la ciudad y en la Península, quedó en libertad con cargos, algunos el mismo día de su arresto. También hay personas que no han sido localizadas y se encuentran en busca y captura.
El empleo de camiones para sacar grandes cantidades era la base de actuaciones de esta red que contactaba con gente de Ceuta para preparar el camión, dotado con doble fondo para camuflar el hachís. Era transportado a la Península después de la ocultación de la mercancía en naves y su carga. La Policía terminó por romper el operativo el mismo martes con registros en varios puntos de Andalucía y Ceuta, después de que durante varios meses se hubieran detectado varias entradas de partidas de droga, procediéndose a los arrestos de algunos transportistas pero ‘vendiendo’ mediáticamente esos casos como aislados, lo que ‘ayudaba’ a que la organización siguiera trabajando.
Además del registro en tres naves del puerto se actuó en inmuebles de Sevilla, en donde se habían preparado los dobles fondos de los vehículos de manera especializada.
Unidos a intervenciones telefónicas, que se fueron haciendo desde marzo de este año sobre individuos marcados ante la sospecha de la Policía por su implicación en el trasiego de drogas ocultas en dobles fondos de un camión. Se presume que la organización quería disponer de más vehículos así.
La Policía decidió abortar la distribución de la media tonelada de hachís que fue cargada en Ceuta escondida en el doble fondo y camuflada con una carga de frutas y verduras, algunas incluso en mal estado. Se optó por abortar su posterior distribución.
En la investigación el esqueleto se reduce a dos empresarios, un enlace para la captación de la droga, el suministrador de la mercancía y demás ayudantes como enlaces básicos.
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