Las denunciadas como
“podas salvajes” de gran cantidad de
árboles ubicados en distintos puntos de Ceuta han sido defendidas
por la Ciudad. En declaraciones a El Faro, niegan daños a los ejemplares ofreciendo un punto de vista bien diferente al argumentado por asociaciones como
Septem Nostra o la SEO. “Las podas que se han ejecutado en las últimas semanas han sido supervisadas por la
Consejería de Fomento,
Medio Ambiente y Servicios Urbanos (a través del Servicio de Parques y Jardines) y se han realizado por una empresa especializada que ha sido contratada a tal efecto”, detallan. La temporalidad ha sido una marca de esos trabajos. Dice la Ciudad que la contratación de esa empresa “ha permitido agilizar los trabajos de podas con respecto a temporadas anteriores y acortar los plazos de las actuaciones”. “Además”, añade, “los técnicos de Medio Ambiente han constatado que la agilización de estas tareas no ha supuesto daños a los ejemplares”.
Un Plan de Gestión del Arbolado Urbano
Una visión que choca directamente con la de los ecologistas que consideran no solo esta actuación desproporcionada sino además injustificada. Incluso indicaron la manera adecuada de realizar dichas podas, atendiendo los casos concretos, cada árbol, cada problemática que tiene… La Ciudad matiza que “en cualquier caso, y con el objetivo de analizar en mayor profundidad la arboleda de Ceuta y planificar las actuaciones a seguir, la Consejería tiene previsto poner en marcha un Plan de Gestión del Arbolado Urbano que permitirá, por un lado, inventariar los ejemplares existentes y las recomendaciones a seguir para estos así como la sustitución progresiva de los ejemplares muertos o con peligro de caída, además de reducir la necesidad de podas y tratamientos”. Ese Plan no es nuevo, ha sido reclamado en cuantiosas ocasiones por las organizaciones en defensa del patrimonio y de la naturaleza, pero nunca se ha puesto en marcha. La situación actual desagrada, pero no ya por las podas efectuadas que han visualizado una acción calificada de agresiva, sino por la falta de cobijo para las aves y la carencia de sombras. El Gobierno local insiste en que no ha habido daños.