La ciudad se hunde cada vez más en materia medioambiental: toneladas de residuos que se acumulan sin salida a centros de reciclaje de la Península, restos de vehículos abandonados que contaminan irremediablemente montes y badenes, basuras arrojadas en zonas no habilitadas para ello. Son solo alguno de los ejemplos de cómo la resolución de los problemas medioambientales se le va de las manos al Gobierno de la Ciudad y a un consejero de Medio Ambiente que en los últimos años ni siquiera ha mantenido una reunión con las asociaciones implicadas en esta materia, tal es el caso del Consejo Sectorial de Medio Ambiente, cuyo última convocatoria tuvo lugar hace cuatro años, pese a que su reglamento estipula reuniones con carácter anual. Para la asociación ecologista Septem Nostra, todo ello se resume en una única frase: “el Gobierno de Ceuta no tiene vocación medioambiental y carece de una visión capaz de resolver los problemas”, denuncia el presidente de la entidad, José Manuel Pérez Rivera. El ecologista va más allá y achaca esta situación a los propios responsables de la Consejería de Medio Ambiente. “Nombran a consejeros sin interés alguno por el tema que no se toman esto en serio y sin intención de evolucionar”. A la falta de civismo de los ciudadanos que atentan contra el medio ambiente, se enfrenta la carencia de soluciones por parte del Ejecutivo local. “Deben actuar con dureza porque parece que no les importa el elevado coste que ahora les supone gestionar residuos que pueden ser reciclados como si fueran basura”. Es uno de los problemas a los que se enfrenta el Gobierno de Vivas desde que hace unos meses la contaminación de los contenedores de recogida selectiva de vidrio y cartón ha impedido su traslado a las plantas de reciclaje en la Península. “No son conscientes de la gran cantidad de residuos que se genera en la ciudad, hecho que se agrava al ser una localidad fronteriza con gran cantidad de residuos por las mercancías que circulan entre ambos países”. Este hecho es el que, precisamente, debe dar pie a una actuación inmediata, especialmente en una ciudad costera como Ceuta, donde cientos de kilos de plásticos terminan en el mar, en su gran mayoría procedentes de Marruecos. “Allí no tienen una normativa que regule la reutilización de residuos y sería necesario modificar la normativa internacional y lanzar campañas fuertes de educación y concienciación ciudadana”, concluye el ecologista.