Fueron casi 13.000 votos, aunque de unos años hacia acá es difícil encontrar en Ceuta alguien que reconozca abiertamente que respaldó el proyecto que encabezaba el grotesco Jesús Gil. Desde la llegada en yate hasta las miles de pancartas exhibidas en los bajos de la Marina, miles de personas corearon el nombre de quien encarnaba la ambición más absoluta, la ambición por el poder, para después prácticamente hacerse los desconocidos.
La figura de Gil ha vuelto a cobrar protagonismo mediático con motivo de la emisión de la serie documental que, bajo el título ‘El Pionero’, ha estrenado la plataforma de pago HBO. Así ha resucitado no solo quien fue alcalde de Marbella, sino todo lo que le rodeó y terminó encuadrándose en el denominado ‘gilismo’, ese movimiento que llegó y barrió en Ceuta y Melilla. Dicen precisamente que su salto a la política en ambas ciudades fue su puntilla o, como se recoge en la serie, lo que le “electrocutó”, iniciándose una auténtica campaña de estrategia política para recuperar el Gobierno de Ceuta y eliminar aquella imagen de la diputada tránsfuga Susana Bermúdez, el que fuera presidente de Ceuta, Antonio Sampietro, y el poderoso Jesús Gil. “Siendo Rajoy ministro de Aznar, le dice en Marbella: ‘Jesús, si vas a Ceuta y Melilla, dice el presidente que te vas a electrocutar”, cuenta José Carlos Villanueva, director de ‘Marbella confidencial’. Y así fue.
“Venimos a trabajar y no nos llevamos nada ni lo necesitamos”, dijo Gil tras burlar esas amenazas. “Ceuta está harta de demagogos, prometedores y de estar en la miseria y abandonada, y sabe que con el GIL va a salir adelante a pesar del Gobierno y de todos”, apostilló, entregado a una masa que escuchaba lo que quería. Que si iban a “limpiar las calles de los
MENA” (términos que curiosamente vuelven a tener actualidad pero en boca de otros políticos de corte supuestamente democrático), que si iban a construir
hoteles flotantes, mejorar las relaciones con
Marruecos, hacer un aeropuerto...
Todo aquello era aplaudido por miles de personas que acudieron a votar en masa el proyecto de GIL, que acudían incluso en familia a entregar el voto con el que iban a cambiar Ceuta, tanto que iban a hacer particulares operaciones limpieza en las calles, que se tradujeron en meter en un barco a los sin techo para abandonarlos en la plaza alta de Algeciras.
Muchas de las promesas de aquel GIL se han vuelto a escuchar en las últimas elecciones municipales, aunque repartidas en partidos de distinta condición. Han pasado 20 años de aquello, aunque todavía hay quien usa la cuña GIL para introducir un miedo psicológico en la población que en su día no lo tuvo, más bien al contrario, entregando de hecho la alcaldía y las arcas municipales a un proyecto político encabezado por quien era capaz de congratularse por ser campeón del parchís o grabarse en las piscinas rodeado de chicas en bikini, amén de presentarse en Ceuta con su yate.
¿Usted votó al GIL? Será difícil encontrar respuestas en positivo, como tampoco personas dispuestas a hacer memoria, a contar cómo dejaron sus puestos de trabajo en empresas privadas por conseguir otros públicos a costa del proyecto de Gil aunque nunca trabajaran. Hoy muchos siguen colocados en lugares a los que accedieron sin transparencia, solo por ejercer de coristas profesionales de todo lo que hacía el del Atlético Madrid y si séquito.
Será difícil encontrar a quienes aplaudían los mítines más estrafalarios de un persona que terminó viéndose atrapado en una maraña de procesos judiciales mientras seguía teniendo las simpatías de una parte de la población que se reía de sus ocurrencias. Personajes tiene la vida en un tránsito que deja marcas y que en el ámbito político también las dejó en nuestra ciudad, aunque los partidos y gobernantes posteriores se empecinaran en retirar los cuadros y fotografías que venían a demostrar que sí, que un día hubo miles de personas que entregaron con sus votos una alcaldía que casi termina por dejar en bancarrota la Ciudad Autónoma.