La Ciudad dio a conocer ayer, a través de su portavoz Jacob Hachuel, los resultados de la criba efectuada en el Padrón para detectar el abanico de irregularidades que se había asentado en un área que, durante muchos años, estuvo dejada. La detección de empadronamientos falsos dio pie al inicio de una auténtica batalla, de una lucha por ir retirando a aquellas personas que carecían de las bases mínimas para estar empadronados, saliendo además a la luz la cantidad de viviendas patera y bloques en los que se estaban gestando negocios paralelos ilícitos. Este 2016 que termina su curso se ha dado de baja a casi 800 personas de las que el 30% era extranjera. Personas empadronadas en Ceuta que o bien no residían ya en la ciudad o bien lo hacían de manera irregular, pudiendo beneficiarse de manera ilícita de una serie de aspectos. La gestión iniciada por la Ciudad con el apoyo de la Delegación del Gobierno, después de un empecinamiento claro del anterior delegado del Gobierno, el desaparecido Francisco Antonio González, sigue dando sus frutos porque la administración tiene ya una capacidad ágil para hacer que no se vuelva a tiempos pasados que fueron aprovechados por demasiadas personas para surtirse, mediante la falsedad, de provechos que no les competían. El camino se dibujó adecuadamente y ahora se obtienen frutos.