Estudiar en Ceuta no sólo supone esfuerzo y dedicación, también supone aprender a sobrevivir en una residencia que parece olvidada por quienes deberían garantizar unas condiciones dignas. No es sólo una residencia, es el hogar de decenas de estudiantes que han venido a formarse, a labrarse un futuro. Pero, ¿qué mensaje se les está enviando cuando ni siquiera se les garantiza un espacio habitable?
Cada gotera, cada habitación sin ventilación, cada día sin internet o calefacción, es una muestra de que la educación no es una prioridad. Nos llenamos la boca con discursos sobre la importancia de la formación, pero en la práctica, dejamos a los estudiantes en el olvido.
No se trata sólo de reparaciones, se trata de respeto. Respeto por quienes han apostado por quedarse en la ciudad para formarse, por quienes invierten su tiempo y su dinero en una educación que debería abrir puertas, no cerrarlas con goteras y paredes llenas de humedad.
Desde Jóvenes por la Dignidad seguiremos denunciando esta situación hasta que se tomen medidas reales. No aceptamos excusas, no aceptamos parches temporales. La juventud merece algo mejor, y no vamos a dejar de exigirlo.
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