La
Ciudad Autónoma de Ceuta sigue avanzando con su programa de estudio del estado real del
Fuerte del Sarchal para diseñar el proyecto que deberá concretar cómo se rehabilitará y qué uso se dará a ese Bien de Interés Cultural (
BIC) que data del siglo XVIII. Tras su vallado perimetral, a principios de año, que acabó con décadas de abandono casi absoluto del inmueble, la administración autonómica ha procedido a la finalización del verano a la limpieza integral del interior y el exterior de la antigua cárcel de mujeres, en cuyas inmediaciones los biólogos no alertaron de la existencia de ninguna especie vegal endémica susceptible de mayores precauciones de protección. Una vez acometidas esas labores y bajo la dirección del ingenieron civil y director gerente de Acemsa, Juan Manuel Sánchez, la Ciudad está a la espera de recibir los resultados de análisis que, con un
georradar, se ha hecho de las estructuras ubicadas por debajo del nivel del suelo. Esa tecnología permite, sin necesidad de efectuar ningún movimiento de tierras ni de materiales, detectar “cómo están” los cimientos y otras partes no visibles del inmueble “en función de las diferentes velocidades de propagación de las ondas”.
Perímetro del BIC vallado en febrero tras décadas de abandono
Con las conclusiones que se extraigan de esa prospección se podrá confeccionar un estudio patológico con fichas de todos los daños, fisuras, grietas, roturas, etcétera que se detecten en el fuerte, de planta irregular desarrollada en planta baja y cubierta construida. Según ha explicado Sánchez, “aparentemente la parte en peor estado más evidente es la del cinturón defensivo amurallado sur, pero en la parte interior también hay espacios y estructuras con distinto nivel de deterioro”.
“El objetivo es detectar todo lo que será necesario rehabilitar, catalogar todos los materiales sueltos como ladrillos que podrían datar del siglo XVIII, y en coordinación con el arquitecto municipal concretar de qué manera se recuperará el inmueble”, ha señalado Sánchez, que espera haber concluido las tareas previas a la definición del
proyecto definitivo de rehabilitación “antes de fin de año”. El presupuesto total de la actuación, aún por definir, podría oscilar entre uno y dos millones de euros.
Anexo al Campus, albergue, observatorio...
Entre las opciones de uso que se podrían dar al Fuerte del Sarchal están algunas que ya se barajaron hace años, como convertirlo en un anexo del Campus Universitario aprovechando para conectar ambas partes alguno de los túneles subterráneos que enlazan los acantilados de la bahía sur con el antiguo acuartelamiento del Teniente Ruiz. También se baraja utilizarlo como centro de observación o estudio de carácter medioambiental ligado al mar o la ornitología y se ha sugerido la posibilidad de que, vía concesión administrativa, albergue un local hostelero con la construcción de un pequeño embarcadero a pie de playa.
Conexión con el viario para no repetir el fiasco de La Sirena
Los responsables de la rehabilitación del Fuerte del Sarchal consideran prioritario garantizar que, una vez recuperado, el inmueble tenga una conexión fácil con el resto del viario y los itinerarios de movimiento habitual de la población para no repetir experiencias fallidas como la realizada en
La Sirena de Punta Almina, donde una actuación millonaria no ha dado rendimiento alguno al ser blanco de los vándalos y de su propio aislamiento. Para conseguir ese objetivo se baraja, por un lado, recuperar la galería que conecta el Campus con la ladera que cae directamente sobre la playa del Sarchal, así como estudiar la posibilidad de instalar un elevador para salvar el desnivel existente entre la antigua cárcel de mujeres y el vial desde que el que comienza la circunvalación del Monte Hacho.
Se mejorará la iluminación y se barajan varias vías de conexión al viario
También se contempla una mejora general de la iluminación de la zona y recuperar, por ejemplo, la zona de cañones con que contaba el inmueble, dotado de patio interior y de una planta baja edificada con gruesos muros de piedra y aberturas rematadas con ladrillo distribuida en dependencias habilitadas como lavaderos, secaderos, almacén, garita y cocina. La cubierta se encuentra edificada a través de obras posteriores a su diseño original realizadas con materiales como ladrillo tosco.