La primera toma de contacto con Ceuta ha sido la frontera del Tarajal, “el punto que te hace ser consciente de las singularidades de esta ciudad tan encantadora. Es un territorio español y europeo situado en África, y por la que puedes entrar a través de Marruecos. Es muy especial”. Pero las sorpresas no han quedado ahí, una vez en Ceuta Genoveva Casanova destaca que “toda ella es una ciudad. La imagen inicial que yo tenía es que sería como una provincia, pero no, es una ciudad”.
La agenda de Genoveva ha sido muy apretada durante su corta pero intensa estancia en Ceuta. Dos días que le han permitido ser recibida por los dos máximos representantes políticos de la ciudad, así como para hacer turismo. La imagen que se lleva, “el foso de la Murallas Reales iluminado por la noche. Increíble”.
Pero como el ocio no está peleado con el trabajo, Genoveva también ha tenido tiempo para conocer ‘in situ’ las instalaciones de la Escuela de Joyería Chocrón Macías -ubicada en la antigua estación del Ferrocarril-. El lugar que ha visto nacer buena parte de los diseños que ideó para la firma Chocrón, “ha sido muy especial conocer el lugar en el que se han hecho realidad mis diseños. Yo tan solo envié una fotografía de una cruz antigua, y ahora es una obra de arte”. Una colaboración de la que Genoveva destaca su lado humano porque “es precioso que la gente aprenda gracias al proyecto de Chocrón un oficio tan bonito como la joyería”. Otra de las razones que le han traído a Ceuta ha sido la actuación, en el Auditorio del Revellín, de la artista gaditana Sara Baras: “es una artista desde la uña del dedo pequeño hasta el último pelo de la cabeza. Yo lloro cuando la veo actuar”.
La Virgen de África es otra de las citas ineludibles del paso de Genoveva por Ceuta. En este sentido reconoce que “siempre que conozco una ciudad nueva me gusta visitar su Ayuntamiento, uno de los lugares en los que se concentra su historia, así como los templos religiosos más destacados”. Además, Genoveva reconoce que “con África me une algo muy especial”.
Sin embargo, una de las cuestiones que más permiten descubrir a la verdadera Genoveva Casanova es la convivencia, una sola palabra que incluso le hace retrotraerse a su México natal, en donde encuentra semejanzas con la realidad social de Ceuta: “Aunque mi tierra pudiera percibirse en muchos aspectos como conservadora en su ética y moral, sin embargo es muy abierta en otro muchos sentidos”. Por ejemplo, según Genoveva, “en México no existe el concepto de la tolerancia, sino el de la convivencia, porque se conocen y respetan cada una de las creencias”. Una característica que también destaca de Ceuta: “Es un ejemplo a seguir cómo se iluminan sus calles con cada festividad de cada una de las religiones presentes”.
La imagen de Chocrón, una joya humanitaria
Genoveva nació el 8 de noviembre de 1976 en la Ciudad de México. Estudió en el colegio Sierra Nevada y al finalizar el bachillerato se matriculó en la licenciatura de Filosofía. Al mismo tiempo cursó varios diplomados entre los que se encuentran los de Religiones comparadas, Egiptología, Filosofía Humanista, Filosofía del Arte, Guión cinematográfico y Literatura. Durante 1999 trabajó como investigadora en el centro de investigación del Partido Acción Nacional de México. Fue seleccionada en el año 2000 por la Universidad Iberoamericana para un intercambio estudiantil con la Universidad de Sevilla, ciudad en la que vivió los siguientes cuatro años, mudándose después a la ciudad de Madrid. Desde hace cuatro años, Genoveva ha enfocado su vida profesional en dos ámbitos muy distintos. El primero es su trabajo como imagen publicitaria para distintas marcas, como son la Joyería Chocrón. El segundo es su dedicación a las causas humanitarias.