El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) va camino de anotarse dos siglos y, evidentemente, los tiempos cambian sin freno pero el compromiso y el espíritu se conservan de generación en generación. Un relevo que se advierte bien en la Jefatura Superior de Ceuta.
Una ciudad que Manuel Alejandro García no olvidará por ser su primer destino aunque sea en prácticas y que para Paco Rojas representa también un lugar muy especial en el que cumple sus últimos años uniformado.
Desde el CNP advierten que cada vez son más los titulados universitarios que opositan para acceder a la Escala Básica de la Policía Nacional, muchos de ellos con diplomaturas. Esta mayor formación de los que entran es una de las diferencias que se observa en las últimas décadas, aunque la clave es mantener los valores de entrega y el compañerismo.
“¿Qué no daría yo por empezar de nuevo?”, enfatiza Rojas al ser preguntado sobre si han merecido la pena estos casi 43 años sirviendo en la Policía. Su trayectoria refleja muy bien acontecimientos importantes de la historia reciente de España, con un primer destino en Vitoria en los llamados ‘años del plomo’, cuando la palabra norte tenía una connotación diferente.
Luego pasó a servir durante muchos años en la UDYCO (Unidad de Droga y Crimen Organizado) en su municipio natal de La Línea de la Concepción (Cádiz), una etapa de mucha acción y de luchar de frente con el narcotráfico.
En Ceuta lleva 17 años felices en esta “bendita tierra”, donde es uno de los agentes más queridos por encargarse de cuestiones como la gestión de las bajas por salud y reconoce que el CNP ha cambiado mucho en estas más de cuatro décadas que lleva dentro.
“Ahora vienen muy bien preparados, la mayoría con carrera”, esgrime en una entrevista que coincide con la de un novato como Alejandro García, cuyo testimonio ejemplifica el de los 45 jóvenes que entraron en prácticas hace tres meses en la ciudad autónoma. Él realizó la carrera de Magisterio porque quería llegar con una titulación universitaria a la Policía.
Este sevillano, del municipio de Mairena del Aljarafe, estará baqueteándose durante casi un año en las calles de Ceuta antes de jurar el cargo. “Ya cuando estaba en Bachillerato uno empieza a pensar a lo que se quiere dedicar en un futuro y tenía la Policía en mente, pero siempre decía que me gustaría pasar por la universidad antes aunque no me dedicara posteriormente a lo que estudiase”, señala García, quien destaca la experiencia universitaria como enriquecedora y buena para entrar al CNP formado.
Al terminar la carrera, este joven sevillano se vio obligado a trabajar por circunstancias personales y familiares antes de de poder dedicarse al “proceso duro y largo” de opositar.
“Ya una vez pasados unos años estaba más asentado y no me quería quedar con la espinita clavada de no dedicarme a lo que siempre había tenido en mente y me puse a opositar y he tenido la suerte de poder entrar”, detalla con humildad este alumno en prácticas que siempre tuvo claro el enfoque de que el cuerpo que más le gustaba era la Policía.
A lo largo de los tres meses que lleva en Ceuta ha pasado por varias unidades: el puerto en la Brigada de Extranjería, en DNI, en conducciones, en Información; todas ellas “experiencias gratificantes” que ayudan a conocer cada departamento.
“Uno va aprendiendo en todos lados y me gustaría remarcar que con los compañeros el trato es genial, me han acogido perfectamente y estoy muy contento”, explica el agente en ciernes, a quien cuando jure el cargo en verano de 2023 le gustaría empezar a encaminar su carrera hacia la Policía Judicial “pero llevo tres meses y estoy abierto a todo, conociendo la Policía y a lo mejor dentro de tres años me oriento por algo que ni pienso ahora mismo”.
Cuestionado sobre cuáles son los valores que más le gustan de su ‘nueva casa’ lo tiene claro: “Año tras año es una de las instituciones más valoradas por los españoles por el trato y la cercanía que tiene la Policía”, resalta el policía sevillano, unas palabras que de alguna manera son refrendadas por su compañero veterano, quien destaca “el espíritu de sacrificio, la entrega y, sobre todo, la honradez” de la institución a la que lleva sirviendo durante más de 40 años.
El mensaje del agente Rojas es clarividente sobre lo que es una vida de policía: “Hay ratos y experiencias muy buenas, los años de la UDYCO fueron muy satisfactorios aunque sufrimos bastante porque el narcotráfico es lo que tiene”, resalta este servidor público, que reitera que si algo ha encontrado en el CNP es un “trato fabuloso” y una vida que ha merecido la pena vivir. Así, por mucho que cambien los tiempos, la idea de los Ángeles Custodios se mantiene intacta.
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