A la desesperada, decenas de personas
están arriesgando sus vidas en un intento por llegar a Ceuta bordeando el
espigón de Benzú.
Más de 50 han entrado desde la pasada madrugada,
un joven ha muerto y a otro se le busca después
de que desapareciera en plena ruta hundiéndose en el mar. Se teme lo peor, que esté muerto atrapado en ese mar que se ha convertido en una auténtica trampa. Pero hasta que se encuentre su cuerpo no se puede dar oficialmente como fallecido. Los
GEAS han montado un dispositivo, sus agentes se han echado al agua rastreando con gran dificultad toda la zona. Las condiciones adversas complican la localización de ese cuerpo, además de que existe una gran merma de visibilidad debido a la presencia de desperdicios y lo turbio del agua. La lluvia, el viento y el oleaje hacen imposible un rastreo más exhaustivo. Los agentes, aunque se han echado al agua, se han tenido que retirar, las embarcaciones tampoco podían acceder a la zona.
La Guardia Civil ha marcado el punto en donde se vio por última vez a este joven que intentaba llegar a nado hasta el arenal. Vecinos del barrio y personas que se encontraban en la zona lo vieron, estaba nadando en dirección a la playa, levantaba la mano hasta que llegó un momento en el que flaquearon sus fuerzas. Después quedó en el agua, en un mar que además de revuelto y embravecido encierra unas bajas temperaturas. Ese frío mata y es el que paraliza y frena las fuerzas de estas personas, adultas y menores, que salen desde Beliones mientras
Marruecos ni siquiera despliega a sus efectivos. En este escenario se han salvado vidas, se han vivido momentos extremos, delicados, en los que ha existido una clara lucha entre la vida y la muerte.
La realidad es preocupante. A las muertes les siguen las entradas en goteo, grupos y grupos de marroquíes que se echan al mar sin que nadie ponga freno. Marruecos no está saliendo a salvar vidas, ni tampoco evitando que pasen por los arenales y se echen al mar. La situación es tremendamente complicada hoy en Ceuta. Y lo grave es que no se produce ninguna reacción desde las autoridades competentes. Ninguna autoridad, ni Delegación del Gobierno ni el Gobierno de España se pronuncia ante esta ruta temeraria del espigón, ante los muertos y desaparecidos y ante la negativa de Marruecos a aceptar devoluciones lo que está generando un efecto llamada además de no disponer de medios de salvamento.