Se pierde en la noche de los tiempos una historia extraordinaria sobre sobre cómo los dioses le dieron a los hombres el remedio contra el hambre.
El pueblo dependía de las cosechas para sobrevivir y estas estaban sujetas a las estaciones, lluvias y la tierra.
Los antiguos pobladores de Septem Nostra imploraron a las deidades y a su protección y estos decidieron reunirse para proteger a los mortales.
Apolo, Dios de la agricultura; Tlaltecuhta, diosa de la tierra y del orden, las plantas y la humanidad; Perséfone, diosa de la primavera; Dana, esposa del sol y denominan como la Diosa del Verano. Se la identifica con colores como el rojo, el naranja o el dorado. También asistió Borea, dios del invierno, el frío y la nieve; aunque nadie lo había invitado se sentó con sus compañeros celestiales.
Cada uno decidió aportar un fruto y proponerlo como el maná que eliminaría las hambrunas.
"Dana invocó a Poseidón para que regara con sal y bendijera a todos los que allí se encontraban"
Perséfone presentó un tomate como la sangre de la vida. Dana defendió el ajo como la purificación de enfermedades. El pimiento y el pepino se descubrieron como un manjar desconocido utilizados por Afrodita para hablar con el oráculo. El aceite se enseñó como un oro líquido de la diosa de la tierra. Dana invocó a Poseidón para que regara con sal y bendijera a todos los que allí se encontraban.
Pero, entre unos y otros, surgió una disputa por la importancia de los alimentos y terminaron tirándose a la cabeza una y otra vez tomates, pepinos, ajo, agua, aceite y vinagre del Dios Baco que no pudo asistir.
Y de las heridas divinas nació el Gazpacho. Dicen que cuando se bebe, sobre todo en verano, quedas abstraido e hipnotizado por la pasión que provoca el sabor.
Ahora es verano y el gazpacho va que chuta: supermercados, restaurantes, hogares, playas, montañas, y compañero en todos los menús que se precien.
Mientras este gazpacho entra por el gaznate, otros falsos dioses intentan llegar a fórmulas magistrales de pacotilla: las peleas de los políticos, las derechas y las izquierdas, los negacionistas y los oficialistas, Puigdemont y la amnistía, los usuarios del parque orinando en la marina como si fueran la Cibeles hasta que Juan Vivas no arregle los aseos, los corruptos y los afectados por la corrupción, Israel pasando por la batidora a Palestina, los despistes de Biden y los insultos de Trump, la victoria de los laboristas frente a los conservadores en el Reino Unido.
Solo quedaría que el gazpacho se fuera al carajo si el próximo domingo Mari Lepen gana en Francia.
Habemus gazpacho...y si la cosa va mal, el salmorejo es total.