El acuartelamiento de García Aldave ha acogido la celebración del primer Sábado Legionario del año que ha contado con la presidencia del comandante general de Ceuta, Marcos Llago Navarro. El coronel del Tercio Duque de Alba II de la Legión, Zacarías Hernández Calvo, se ha dirigido a los presentes reconociendo el honor de compartir este día con la asociación nacional de ciegos y la de Síndrome de Down, entidades con las que colabora el Tercio, que “nos dan ejemplo diario del valor del compromiso como voluntad natural de asumir una responsabilidad”, ha reseñado.
“Sin vestir la camisa verde, comparten los ideales que nuestro fundador, el teniente coronel Millán Astray, nos dejó recogidos en nuestro credo. Sin recitarlos, pero como legionarios, cumplen diariamente con los espíritus de compañerismo, amistad, unión y socorro o sufrimiento o dureza. No en vano, nuestro fundador fue en su día un gran impulsor de la labor social para mutilados y ciegos y contribuyó a la creación de la ONCE”.
Hernández ha destacado la importancia de actos como el celebrado hoy, que vienen a formar el núcleo de la liturgia legionaria “y hunde sus raíces en la necesidad sentida de recordar la memoria de los legionarios muertos en combate”. “Allí donde ha desplegado una unidad legionaria, de Marruecos al Sahara, de Ceuta a los Balcanes, Irak o Afganistán, Congo o Mali, siempre ha habido un momento de entonar nuestras canciones e inclinar nuestros guiones y banderines para recordar a nuestros caídos”, ha rememorado.
Así en el acuartelamiento de García Aldave se ha vuelto a disfrutar de un acto de estas características al que han asistido las principales autoridades civiles y militares, que ha contado con el tradicional desfile además del reconocimiento público a todos aquellos premiados con una mención honorífica.
Despedida de la bandera del Tercio de tres componentes
Se han despedido de la bandera del Tercio tres componentes que han dejado muestra del carácter y vida del legionario. “Cuarenta años después que solo han pasado en sus cuerpos, no en sus espíritus, besan la misma bandera que en su día juraron y en el mismo patio en que lo hicieron”, ha indicado el coronel. Con el subteniente Francisco Domínguez García “estamos cerrando una página de la Legión y despedimos a uno de los últimos suboficiales que formaron parte de la Escala Legionaria, la escala propia de la Legión que permitía recorrer primero puestos de tropa para después ocupar los de suboficiales y, finalmente, los de oficiales”. A él se han sumado los cabos primeros caballeros legionarios José Bou González y Claudio Montero Domínguez. De ellos, ha dicho el coronel, “es difícil realzar su magnitud y cualidades entre las que figuran la entrega, la amistad, la fidelidad, el valor, el sentido común y la congruencia”.
“Los tres”, ha proseguido, “encarnan la definición de caballeros audaces que Miguel de Cervantes pone en boca de don Quijote cuando que que, expuestos al sol, al frío, al aire, a las inclemencias del cielo, de noche y de día, de a pie y a caballo, medimos toda la tierra con nuestros mismos pies y no solamente conocemos los enemigos pintados, sino en su mismo ser, y en todo trance y en toda ocasión los acometemos”.
Recuerdos a la labor en la crisis de mayo e ilusión por el regreso de la IV Bandera
El coronel ha recordado en el acto la colaboración de los legionarios con las fuerzas de seguridad con motivo de la crisis de mayo cuando miles de marroquíes cruzaron los espigones ante la nula efectividad controladora de Marruecos en las fronteras que comunican con Ceuta. Fue entonces cuando se tuvo que pedir apoyo a Infantería, a regulares y legionarios, para colaborar con Policía Nacional y Guardia Civil.
Y esto se produjo en un 2021 complicado, dejando atrás además los actos correspondientes al centenario que han venido marcados por la pandemia y no pudieron desarrollarse como se esperaba, aunque este 2022 se tendrá por fin la celebración de la carrera Cuna de la Legión.
Comienza un año que marca el regreso de la IV Bandera Cristo de Lepanto a su casa, en el acuartelamiento de García Aldave, la Posición A, “en cuyo patio sigue resonando el Novio de la Muerte y las nuevas generaciones de legionarios continuaremos realizando la más exigente preparación para el combate en frente del imponente Monte Hacho y la singular estampa de Ceuta”.
Uno de los momentos más emotivos, sin duda, ha sido la entronización del Cristo a hombros por los legionarios cantando el Novio de la Muerte, en recuerdo a los que han fallecido.