El próximo 21 de julio la comunidad musulmana de Ceuta estará de celebración, gracias a una de las fiestas más importantes del calendario musulmán, el Eid al-Adha o Pascua del Cordero. Una Pascua que de nuevo este año vuelve a estar enmarañada por el COVID-19, pero que a diferencia del pasado, podrá acoger el rito; de hecho se prevén sacrificar unos 4.500 borregos, uno por cada familia musulmana.
Una tradición: la de comprar un borrego para su sacrificio el mismo día de la festividad, que hace que las explotaciones ganaderas de la ciudad estén preparando todo y guardando a los animales hasta su recogida el día antes o ya el propio día de la fiesta, dependiendo si cuentan con lugar en sus casas. Estos días previos, explica Juan Carlos Vallejo, que lleva “desde que era un crío” con su explotación en el Serrallo, desde por la mañana hasta por la noche es un constante ir y venir de familias que llegan a reservar su animal.
En esta explotación ya compraron unos 350 borregos en un primer camión que llegó y aún faltan otros dos camiones de casi 300 animales por llegar. “Llevamos vendidos ya unos 500 borregos y mañana me viene otro camión que esperemos que llegue esta noche. Yo esperaba el camión a las cuatro de la tarde, pero van a tardar un poco más”, comenta el ganadero que lamenta que “hace unos días” recibió una multa que puede ir des de los 3.000 a 60.000 euros “por vender el año pasado, pero los traje legalmente porque no los pararon en el barco y la comunidad musulmana me está apoyando”.
Sin embargo, este trabajo comienza meses atrás con la compra de los animales en la Península. Esta empresa lleva toda la vida con la venta de borregos y desde hace 15 años adquiere los animales en Fuente de Cantos, Badajoz. Sin embargo, este año han tenido que comprarlos en Murcia. Cada animal cuesta entre 210 y 220 euros, dependiendo del peso que tengan. Pero en esta explotación también tienen chivos por 170 euros para las familias que lo deseen.
Este año la Ciudad solo ha autorizado el traslado hasta la ciudad autónoma de 4.500 cabezas de ganado, ampliable si fuese necesario, la misma cifra que hasta 2020. Esto hace que por culpa de la pandemia haya menos animales, aunque se están vendiendo casi todos porque las familias tienen miedo a quedarse sin el suyo.
Los ganaderos critican que Sanidad haya tardado tanto en darles la autorización para poder traerlos. “Este año creo que van a faltar animales en Ceuta porque como está la frontera de Marruecos cerrada está viniendo mucha gente y van a faltar muchos más borregos. La verdad que esto de vender tantos borregos en un solo día yo no lo había visto nunca, tenemos mucho agobio. Los animales tenían que haber venido con más tiempo y esto se tenía que haber aclarado antes, pero como no nos dieron el permiso hasta hace dos semanas”, lamenta.
Las familias que se acercan a la explotación ganadera de Juan Carlos eligen su animal en base a su gusto. Los corderos que son comprados se marcan y el ganadero se encarga de cuidarlos hasta que el día antes de la Fiesta del Sacrificio se los lleven a sus casas. Por ello, para Juan Carlos estos son días duros de trabajo porque tiene que vigilar que nos les pase nada.
“La gente viene, los compra, les ponemos la pintura en el lomo con el número y unos crotales con su número para que cada uno se lleve su borrego y no haya equivocación. Después vienen a recogerlos y se les entrega a cada uno el suyo con el número de crotal. El día 20 se lo llevarán y a ver cómo lo hacemos con tanta gente, pero bueno, y el 21 lo matarán”, concluía.
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