El Servicio de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación y Cultura ha llevado a cabo, en colaboración con efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), y de operarios de la empresa pública Obimace, los estudios previos para valorar si es posible recuperar, para la apertura al público y la realización de visitas guiadas, la red de minas y contraminas situada bajo las Murallas Reales.
En la fase previa de los trabajos se barajaba la viabilidad de apertura de cuatro tramos, sin embargo, después de las prospecciones se descartaron tres de ellos, tal y como ha informado a este medio el arqueólogo de la Ciudad y director de los trabajos, Fernando Villada.
El tramo del que se baraja su apertura se sitúa en la parte trasera del foso del Revellín de San Ignacio. Explica Villada que “el estado es bueno” pero presenta un problema que en la actualidad estudian con la Consejería cómo solventarlo.
“Se encuentra lleno de escombros, estamos revisando las posibilidades de poder sacarlos porque no se puede acceder a pie”, señala. Con dichos escombros la galería tiene una profundidad de 15 metros que podría incrementarse una vez que se quede vacía, de la misma forma se desconoce su extensión hasta que no quede totalmente desalojada.
Patrimonio apuesta por la viabilidad de esta galería y esperan que finalmente se pueda proceder a su apertura al público. Antes de ello, manifiesta Villada, será necesario estudiar las condiciones que presenta. “Si existe alguna zona más débil habrá que reforzarla y, por supuesto, acondicionarla para las futuras visitas”.
Los cuatro accesos se han explorado para comprobar su estado de conservación y dimensiones, entre otros aspectos. Tres de ellos se descartaron porque las condiciones que presentaban no facilitaban la posibilidad de su apertura al público, ni siquiera estudiando su acondicionamiento. “Se encontraban encharcados o en unas condiciones que no permitían estudiar ninguna posibilidad”, apunta el arqueólogo.
Para ello se ha contado con la colaboración de varios bomberos que han realizado las comprobaciones necesarias en el interior de las galerías (estabilidad de los túneles, presencia de materiales tóxicos o inflamables, etc.) así como la de empleados de la empresa Obimace que han procedido, tras la finalización de las exploraciones, a tapiar de nuevo las entradas hasta que se acometa un proyecto de recuperación.
Las galerías de contraminas constituyen una vasta red de túneles, a veces construidos y en otras ocasiones abiertos en la misma roca, que se llevaron a cabo en el siglo XVIII como parte del dispositivo defensivo del frente occidental de Ceuta. En los trabajos de acondicionamiento de la antigua Sala Municipal de Arqueología (Jardines de la República Argentina) fueron localizados varios tramos de estos túneles que fueron rehabilitados y abiertos al público en 1967 cuando fue inaugurada. Permanecieron abiertos hasta la década de los 90 cuando el traslado del Museo motivó su sellado.
La apuesta por su apertura constituirá un atractivo cultural y turístico del que pocas ciudades poseen a través del que se podrá conocer las facetas de las fortificaciones de Ceuta y sus muros defensivos, explica Villada.
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