Los pequeños detalles pueden darnos unos matices para inducirnos en el futuro en tirar en una dirección u otra. Los maleteros de los vehículos que pasan por la frontera del Tarajal van llenos de una serie de productos típicos de Marruecos: las aceitunas, el aceite de oliva, la harina, las frutas y verduras, las especias morunas, los pastelitos tanto dulces como salados, etc. Esto muestra el arraigo que tienen a su cultura. A parte de otros típicos que ocultan como por ejemplo el cordero en tiras y muchas comidas típicas. Lo normal es llevar todo el material comestible hasta llegar al destino.
No comprar nada en España. También podemos dar el crédito a la hipótesis del agradecimiento de sus familias por los regalos que le dan estos currantes en territorio español que en cada época que pueden venir a descansar de sus largas jornadas laborales. Con los ahorros que pueden traer para su país pueden adquirir parcelas de terreno que ellos saben darle buenos réditos. Y otros tienen suerte de tener familiares con alguna finquita donde pueden plantar algo que en el futuro pueda darles beneficios como pueden ser los olivos o cualquier árbol frutal o verduras en otro espacio de la finca. Pero me temo que esta actitud la tiene un pequeño porcentaje. Si los datos que tengo sobre mi mesa son certeros. La conversación que he tenido con una persona conocida hoy me ha abierto tanto los ojos como mi mente. “Hace aproximadamente dos años me encontré en la salida de una mezquita de Ceuta a una persona que hacía muchos años que no la veía. Me confesó que quería vivir aquí ya que en Marruecos todo le salía muy caro. Y los negocios no le iban bien. Yo por amistad le alquilé un pisito que tengo a la mitad del precio de mercado, trescientos euros. Durante un año aproximadamente estuvo pagándome regularmente. Pero de repente dejo de hacerlo. Yo le advertí que no debería de hacerme eso por nuestra amistad diciéndole que me entregara las llaves, cosa que hizo pero a los pocos días vi que una persona, una mujer para mejor conocimiento, salía y entraba de mi domicilio. Cuando fui a que me diera explicaciones me dijo que era una sobrina de mi amigo y que le había cedido el piso. Yo le expliqué que el dueño no sólo del piso sino del inmueble era yo y que no había dado consentimiento para tal cesión. Ignorándome y cerrándome la puerta. Intenté durante muchos meses hablar y razonar con esta mujer y no pude, siempre tenía una excusa. Tuve que ponerlo en manos de un abogado que me informó que al tener ella un hijo menor todo se iba a demorar durante bastante tiempo. Aproximadamente dos años y medio. Una pérdida grandísima de dinero y añadido fue el coste de los abogados. Es muy injusta la justicia. Pero luego dicen que los propietarios somos inhumanos. Pero ahí no quedo la plática.
“Sabes por qué todos los marroquíes quieren venir a Ceuta, como mínimo. Pues porque aquí tienen una serie de derechos que no pueden tener en Marruecos. Lo principal es la de decir lo que uno quiera. Allí te pegan una paliza la Policía en menos que canta un gallo y luego no vayas a protestar porque te dan el doble de ración. Luego los médicos y las medicinas gratis eso ni se lo imaginan. Dar a luz lo hacen al estilo obsoleto de antaño entre mujeres. Las que van al hospital tienen que preparar un buen perraje. Y si nos ponemos en los derechos que tienen aquí por tener tres hijos seríamos tenientes coroneles. Un hombre padre de familia con 3 hijos o más en España no necesita trabajar. Eso es inconfesable en Marruecos. Total que les hacen unos hombres de provecho gracias a las subvenciones. Esto es muy injusto viendo de la forma que lo hacen. Nos están sangrando poco a poco. Yo me acuerdo de una muchacha que vivió por donde tengo mi casa y me contaba que la media de mujeres que daban a luz en la Cruz Roja antigua era de 6. De las cuales 5 eran de Marruecos. Y no pagaban nada. Por eso venían aquí a tener a sus retoños. Muchas también tenían la ilusión de que poner en la partida de nacimiento que hubiera sido en Ceuta en el futuro podría valerle para ser súbdito español.
Cosa que poniéndole en manos de un buen abogado se podría intentar dentro de unos determinados años. Sino que se lo digan a algunos de los que llevan las organizaciones no gubernamentales. Estos sí que están enterados.
