La hidrosiembra que se ha llevado a cabo en el parque de Santa Catalina, y con la que se ha buscado olvidar ese viejo recuerdo del vertedero que fue, espera servir para convertir este punto de Ceuta en el rincón deseado.
Los proyectos previos han ido fracasando tras inversiones erráticas y promesas incumplidas.
A Tragsa se le encomendó la realización de estas labores y, de momento, tras nutrir la tierra, ha ejecutado la siembra buscando que la misma dé pie al nacimiento de otro lugar distinto al conocido.
El parque de Santa Catalina ha sido visto como el peor de los ejemplos de reunión para familias, práctica de deporte o desconexión.
Abandonado, sin plantas, sin cuidados… incluso mostrando todavía partes del vertedero sellado. Así lo veían los ceutíes que acuden a este punto de la ciudad para andar, recorrer sus acantilados o enlazar encuentros. La nueva apuesta en materia medioambiental espera tener consecuencias positivas con decisiones de este tipo, visualizando un campo bien diferente y convirtiendo en alternativa lo que ahora no es.
Habrá que esperar las consecuencias de esta hidrosiembra antes de lanzar las campanas al vuelo, pero de momento se están dando los pasos adecuados para que este espacio tenga el uso y sentido que siempre debió tener.