Desde la semana pasada las antiguas instalaciones sanitarias que
funcionaron como Hospital civil de Ceuta acogen a los inmigrantes que llegan a las costas de la ciudad, al objeto de cumplir el protocolo instaurado por el Gobierno de España en prevención de un posible caso de
coronavirus. El
Gobierno de Ceuta decidió su uso a pesar de que en un principio iba a ser reservado para una posible entrada masiva de personas, disponiéndose de 70 plazas. Ahora tenemos un lugar donde se supone que se debe guardar una cuarentena pero marcado por varias lagunas. Dos lo suficientemente importantes: primero, no se está cumpliendo ese aislamiento ya que las fugas son diarias; segundo, no hay seguridad privada con lo que los trabajadores y voluntarios de
Cruz Roja se ven expuestos a cualquier altercado que pueda producirse sin contar con protección alguna. La Ciudad es consciente de esas fugas, de hecho a preguntas de este medio indicó que al no estar en periodo de estado de alarma no se puede ordenar un confinamiento. Los inmigrantes firman un documento para guardar el periodo estipulado en el viejo hospital, el necesario para confirmar si son portadores del virus. Es decir, se deja en el margen de la voluntariedad el cumplimiento de una cuarentena para la que el Gobierno de España llegó a dictar un protocolo anti-Covid que debía cumplirse sí o sí. En Ceuta, es evidente, no se cumple porque a diario se producen fugas de los recién ingresados y
Delegación del Gobierno, que es la competente en materia migratoria, nada dice al respecto. De hecho nunca se han dispuesto instalaciones bajo su competencia para habilitar un recurso con el que cumplir las directrices que marca el Gobierno de la Nación generándose situaciones de este tipo. Las pautas que siguen las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado son siempre las mismas: llamada a Cruz Roja para que se desplace a pie de
puerto y acompañamiento en el traslado al antiguo hospital, en donde la propia Policía Nacional reseña a los inmigrantes. Todo se supone para evitar riesgos y cumplir ese protocolo. Después llegaría el cumplimiento de esa cuarentena: hay quienes se marchan a los pocos días y quienes lo hacen después de varias jornadas en el antiguo hospital. Ninguna institución, ni Ciudad ni Delegación, es capaz de garantizar esa cuarentena como tampoco han considerado relevante el dotar de una mínima vigilancia privada un lugar en el que pueden generarse conflictos. Antes del uso del antiguo hospital se estaban conveniando las entradas de estos inmigrantes en pensiones. En una rueda de prensa el Ejecutivo local indicó que Sanidad garantizaba el cumplimiento de ese aislamiento. Las medidas como tal no se están cumpliendo.