Llegado 1936 las unidades de Transmisiones de las que estaba dotadas el Ejercito eran el Regimiento de Transmisiones, ubicado en El Pardo (Madrid), que contaba con un Grupo de Transmisiones y una Sección de Radiotelegrafía que daban apoyo al resto de las unidades divisionarias organizadas; los Grupos Autónomos Mixtos de Zapadores y Telégrafos en la Comandancia de Baleares (núm. 1), Mahón (núm. 2), Canarias (núm. 3) y Las Palmas (núm. 4) y el Batallón de Transmisiones de Marruecos (Circunscripción Occidental-Ceuta y Larache y Circunscripción Oriental-Rif).
El día 17 de julio de 1936, iniciado el levantamiento, el Regimiento recibe la orden de permanecer acuartelado así como el resto de las unidades de Madrid. En escucha permanente se va dando información de la situación en cada momento.
Un telegrama dirigido al Regimiento desde el Ministerio de la Guerra solicitaba su adhesión al Gobierno del Frente Popular, pero quedaría sin contestar.
Las Divisiones de la Península van respondiendo al movimiento alzado: Sevilla, Burgos, Zaragoza, La Coruña, Valladolid, interceptándose telegramas con la indicación de las columnas que van organizándose y de las provincias que declaran el estado de guerra y que se suman al levantamiento.
“El Regimiento fue la base donde se organizaron y se movilizaron las Compañías de Transmisiones destinadas a todas las grandes Unidades del Ejército Nacional durante el conflicto civil “
Se dio orden al Regimiento de Transmisiones que destacase equipos de Radio y de Telegrafía óptica para el enlace entre el Cuartel General de la División y los diferentes cantones de Madrid, destinándose para ello a cinco oficiales (dos de los cuales morirían en combate) siendo el Campamento de Carabanchel, el más importante de todos los cantones de Madrid, duramente bombardeado por la aviación republicana durante la mañana del día 20 de julio y por información dada por unos milicianos escoltando las raciones de pan para el Regimiento hablaban del asalto al Cuartel de la Montaña donde habían sido aniquilados sus defensores.
En previsión de un posible ataque a las instalaciones, el Coronel del Regimiento Don Juan Carrascosa Revellat decide ir en busca de esas columnas organizadas con los medios más rápidos y por el camino más corto y seguro con audacia y rapidez.
El Regimiento estaba dotado con un gran número de camiones “Morris”, entregados para el plan de motorización del Regimiento. La idea seria de marchar todo el Regimiento llevando sólo el armamento y las municiones y dos radios, abandonando el ganado y el material. El destino seria La Granja, ya en manos del Ejército nacional y desde allí con intención de unirse a las columnas que avanzaban sobre Madrid. El itinerario a llevar seria El Goloso, Colmenar Viejo, Hoyo de Manzanares, Torrelodones, Villalba y Puerto de Navacerrada, realizando el movimiento con rapidez y durante la noche o a primeras horas del día.
En las primeras horas de la tarde del día 19 se produjo una situación compleja, presentándose a las puertas del cuartel el político socialista Largo Caballero, acompañado de algunos de sus ayudantes con el fin de visitar a un hijo suyo, soldado de "cuota" (reemplazo) del Regimiento. Al oír su nombre, se produjo una situación en la que la guardia de prevención, sin esperar órdenes del oficial, toma las armas en disposición de hacer fuego. La situación que se produce es de incertidumbre pero el buen sentido de los jefes se aplica por lo que Largo Caballero podrá hablar algunos minutos con su hijo.
A primeras horas del día 21 inicia el Regimiento la marcha formada por una columna de 20 camiones y vehículos ligeros para transportar al personal. La guardia y el personal de servicio en las cuadras de Boyerizas, inmediato al Manzanares se retiran cortándose las líneas telefónicas con Madrid. Las familias del personal incluida la del coronel, quedaban en sus domicilios.
La marcha se realiza inicialmente por el monte de El Pardo hasta el camino de la Portillera del Goloso, donde cinco carabineros de guardia se abstendrían de intervenir dejando pasar el convoy.
En la carretera de Colmenar, se cruza la columna con vehículos de milicianos de la F.A.I. (Federación Anarquista Ibérica) y de la C.N.T. (Confederación Nacional del Trabajo), fingiendo ser tropas enviadas por el Gobierno para conquistar La Granja.
Un vehículo de la columna quedaría averiado, siendo auxiliado por un oficial y un soldado de enlace que marchan en moto.
La columna alcanza Colmenar Viejo ocupada por vecinos armados y dispuestos a evitar la marcha y ante la duda de su misión al no existir enlace telefónico con Madrid que pudieran informarles, les permitieron el paso.
"Al amanecer comenzaron los combates, siendo muertos o heridos la casi totalidad de los hombres, finalmente los supervivientes fueron hechos prisioneros"
A pesar de no tener noticias del vehículo rezagado, continuarían la marcha hasta pasar por la localidad de Hoyo de Manzanares sin novedad. Alcanzada la carretera de La Coruña en Torrelodones, continúan hasta llegar a Collado Villalba, donde una guardia armada situada en el cruce de carreteras abandona sus puestos precipitadamente en cuanto ven la columna.
Iniciada la subida al puerto de Navacerrada, realizan una parada para dar descanso a los vehículos debido al calentamiento de los motores. Algunos vehículos han quedado con poco combustible, teniendo que suministrarse la gasolina entre algunos vehículos. Esta parada ha sido aprovechado por un sargento y un brigada para desertar y dirigirse hacia Madrid.
Iniciado el movimiento de nuevo, se encuentran con la destrucción de un pontón impidiendo con ello el avance pero ante la misión que tiene la columna a cumplir se repararía el pontón continuando de nuevo la marcha.
Alcanzada la localidad de Valsaín, a 3 kilómetros de La Granja, al conocer el objetivo de conquistar La Granja, serian provistos de víveres y combustible por los habitantes del pueblo, iniciando de nuevo la marcha a La Granja, y ya en las cercanías viendo las fuerzas nacionales, saldría un vehículo ligero enarbolando bandera blanca con objeto de identificarse la columna, cosa que realizan ante la Guardia Civil que montaba guardia. Han alcanzado la Granja de San Ildefonso.
Mientras, en Madrid se detectaba la fuga del Regimiento, causando la ira y estupor entre los republicanos.
Quedaba por conocer la situación del vehículo averiado al mando del capitán Salas Gavarret junto a los tenientes Bárcena y Arbex y más de veinte soldados.
El teniente Sánchez Agulló, que actuaba de enlace de la columna en moto, estableció contacto a mitad del camino informando que el vehículo había sufrido una pequeña avería nada más salir del cuartel, el conductor, inexperto, había quemado el embrague al efectuar una maniobra. En estas condiciones era imposible continuar.
El teniente junto a un soldado regresa al cuartel y trae otro camión de los que allí quedaron, al llegar al cuartel reinaba una gran confusión al estar ocupado por milicianos.
Emprenden la marcha hacia el Goloso, pero se topan con carabineros reforzados con numerosos milicianos. En un combate desigual, caen carabineros y los milicianos acaban huyendo. En la carretera de Colmenar, se cruzan con vehículos armados alertados tal vez por el tiroteo. Los desarman y los inutilizan.
Un vehículo incautado por el capitán Salas, poco después al alcanzar Colmenar se topa con barricadas realizadas con postes y carros que les cierra el paso. Después de un intenso fuego, el coche ligero y la moto se abren paso por calles laterales del pueblo. Pero a la salida del pueblo, cometerían un error fatal. En vez de continuar por la carretera de Hoyo de Manzanares a Torrelodones, toman la carretera que les llevaría a la presa de Santillana.
Esperando a la noche para cruzar la sierra, emprenden la ascensión a Cabeza Illescas, desde donde se domina el embalse y el pueblo de Manzanares el Real. Ocuparían la casa abandonada de un guarda, montando un servicio de centinela disponiéndose a descansar en espera de la noche. Pero a las 13:30 los centinelas advierten una gran concentración de coches en el pueblo y una multitud de milicianos que suben en todas direcciones por las laderas de Cabeza Illescas. Estaban siendo cercados por una masa de dos a tres mil hombres.
Al amanecer comenzaron los combates, siendo muertos o heridos la casi totalidad de los hombres, finalmente los supervivientes fueron hechos prisioneros. Cae muerto el teniente Sánchez Agulló, entre los heridos está el teniente Arbex. El enemigo aumenta por momentos, debilitándose la resistencia. Los puestos más lejanos son rodeados y sucumben. La última posición de la resistencia es la Casa del Guarda, organizando la defensa el Capitán Salas y el Teniente Bárcena. La lucha no puede prolongarse por mucho tiempo. Los milicianos penetran en la casa, rematando a los oficiales que aún quedan con vida.
Los soldados supervivientes, son considerados "irresponsables", ingresando como prisioneros en la Cárcel Modelo.
La escasa fuerza del Regimiento que había llegado sin novedad, reforzaría la guarnición segoviana, otros intervendrían en la defensa de La Granja, Navacerrada o combatiendo en el Alto del León, donde reciben su bautismo de sangre.
El Regimiento fue la base donde se organizaron y se movilizaron las Compañías de Transmisiones destinadas a todas las grandes Unidades del Ejército Nacional durante el conflicto civil.
Desconocido por el Capitán Salas y sus oficiales, con su acción habían impedido la ocupación miliciana del Alto de los Leones permitiendo a las tropas del coronel Serrador Santés establecerse con antelación en ese estratégico paso.
Al capitán D. Ricardo Salas Gavarret le fue concedida, a título póstumo, la Medalla Militar Individual.