Con el recuerdo, siempre presente, de
Aisha Lembrani, la
trabajadora transfronteriza que murió en Ceuta durante esta
pandemia sin poder volver siquiera a su país,
ha tenido lugar una nueva concentración de los hombres y mujeres marroquíes que solo defienden sus derechos. Una defensa que no solo encuentra calor en la ciudad sino que está moviéndose con fuerza en la Península, contando con el respaldo de distintas asociaciones. Estos hombres y mujeres, atrapados en Ceuta y en un particular limbo laboral, tienen presente a su compañera, a Aisha, quien luchó junto a ellos y terminó falleciendo en la ciudad que, antes del covid, era solo un punto de tránsito diario. Este lunes, además de la protesta, los transfronterizos han registrado sus reivindicaciones en la administración para que quede constancia de sus quejas y exigencias.
“Nos sentimos cada vez más arropados por colectivos de distintos puntos de España, recibimos apoyo no solo en Ceuta y en el resto de España, sino también en otros países de la Unión Europea”, ha expuesto Amin Souissi, portavoz del Área de Inmigración de la APDHA, quien lanza un mensaje claro a todos de fuerza, incrementado tras el apoyo de la caravana que estuvo en Ceuta este domingo. “Estamos fuertes y con ganas de seguir reivindicando estos derechos, nadie nos va a quitar las ganas de seguir luchando, si bien los trabajadores al principio se sentían aislados, no tenían apoyo. Pero con el de ayer, con el acto que tuvimos, tenemos ganas de seguir trabajando”.
Inquietud entre los empleadores
Los transfronterizos lamentan no haber obtenido el apoyo político sin necesidad de haber llevado a cabo estas movilizaciones. Pero han tenido que alzar la voz para ser escuchados. Eso sí, cuentan con el respaldo de muchos empleadores. “Estamos recibiendo llamadas de empleadores preocupados por la situación de sus trabajadores, cada vez estamos recibiendo más llamadas. Estamos en una situación complicada y los empleadores temen que sus trabajadores no sigan trabajando. Estamos en una situación con personas sin autorización para trabajar pero dados de alta en la seguridad social, esto es inexplicable”, detalla. El problema para la renovación de los documentos choca además con una frontera cerrada, por lo que los transfronterizos no pueden aportar la documentación que se les pide y que deberían solicitar en su país en persona y luego regresar.