Dos meses cerrada, desde aquel 13 de marzo en que
Marruecos ordenó un cierre que después continuó España. Dos meses convirtiéndose en el emblema de separación de dos mundos. Ese es
el Tarajal, el paso fronterizo que en la noche de este sábado ha vuelto a abrirse para canalizar
la salida de 100 marroquíes que quedaron atrapados en Ceuta y que se han convertido en protagonistas de una repatriación exprés. Toda la operación de seguridad ha vuelto a activarse aunque teñida de mucho secretismo. Al operativo de la Policía Nacional en el entorno de ‘La Libertad’ se ha sumado el organizado a pie de frontera, contando con apoyo de la Guardia Civil para proceder al traslado de los cien elegidos en el listado. Conforme cargaban a las personas de la lista, los vehículos de Rico Bus iban acercándose al paso fronterizo para dejar a los hombres y mujeres que emprenden salida a su tierra por el ‘Tarajal II’.
Se escribe una nueva crónica de relaciones diplomáticas a pie de frontera, una crónica que pasará a la historia por sus más y sus menos, por sus vaivenes pero, sobre todo, por la escasa o nula claridad en la exposición de los distintos argumentos explicativos por parte de la administración de la plaza de los Reyes. Hasta la frontera llegaban algunas personas con sus maletas, de nuevo atraídas por la noticia de que se estaba procediendo a una repatriación. “Lo he leído en El Faro”, decían. Y acudían con sus maletas pensando que a ellos también les iban a dar el derecho a cruzar el Tarajal. Ya eran conocedores de que existía una lista con 100 identidades, pero pensaban que quizá esas puertas de la frontera podían abrirse para ellos. Es tal la desesperación que solo se mueven por deseos y anhelos de regresar a su tierra. Además en un momento tan especial como
la celebración del final de Ramadán. Son muchos los atrapados que quedan en Ceuta como también los que permanecen en Marruecos. Muchos los que se han quedado sin tener la oportunidad de formar parte de la lista, y que no saben cuándo les tocará a ellos pasar por ese filtro capaz de haber separado familias y sentimientos.
Casos complicados en algunos traslados
Para proceder al traslado de personas se ha contado con el apoyo también militar. Ha habido casos complicados, ya que había personas que no querían ser repatriadas y han mostrado resistencia a los agentes. Así ha sido con algunos de los subidos a uno de los vehículos, en donde han tenido que acceder a los mismos policías nacionales antidisturbios para evitar que se produzcan incidentes o huidas. Y es que hay personas que no querían marchar a Marruecos pero que han sido incluidos en la lista, porque una de las peticiones que se había cursado al vecino país es que además de los transfronterizos se llevaran a inmigrantes de ‘La Libertad’ y así se ha hecho. Entre ellos hay quienes lo último que querían era que se les devolviera a su país de origen. En el pabellón están resistiéndose y son esas labores las que más están costando a los agentes del CNP desplegados.