El 13 de marzo de 2020, primero
Marruecos y después España, anunciaban el cierre de las
fronteras con Ceuta y Melilla debido a la crisis sanitaria de la
covid-19. Desde ese momento se ha registrado una cadena de prórrogas en el cierre que se han unido a los falsos avisos de apertura del paso fronterizo. Hoy por hoy todo sigue igual, con la salvedad de que los rumores son cada vez más fuertes en torno a una próxima apertura de Tarajal, antes de las navidades. Oficialmente no hay ninguna confirmación. El Gobierno de España y las delegaciones del Gobierno no han anunciado ninguna fecha de apertura. “Todo sigue igual”, confirman desde la administración central a El Faro de Ceuta. Pero cierto es que el lado marroquí de la frontera ha terminado todos sus trabajos, por lo que en cuanto a infraestructura, esta estaría operativa para poder absorber la entrada de personas. En Ceuta todavía siguen los trabajos, retrasados debido a complicaciones y retrasos en las obras. El
BOE ha publicado hoy la prórroga del cierre por un mes, pero incluyendo una salvedad que antes no aparecía. Reseña que así será “sin perjuicio de su eventual modificación”. Es decir, que ahora sí que España se plantea una posible apertura siempre y cuando la pandemia lo permita. En Ceuta los casos que se van produciendo son residuales y la vacunación es cada vez mayor. En Marruecos, también ha aumentado el número de vacunados. De abrirse la frontera antes de Navidad o incluso de haber una modificación este mes y matizarse la prórroga publicada en el BOE, el Tarajal abriría en un principio para trabajadores con contrato y pasando los controles establecidos. La propia delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, ya lo anunció en rueda de prensa. Ellos serán los primeros en poder entrar o, en el caso de los que hay en Ceuta trabajando, de salir.
Pérdida de trabajos, muertes, desapariciones…
Año y medio de cierre de frontera, lo que por aquel entonces se pensaba que era una decisión circunstancial, terminó por separar los dos lados generando episodios trágicos debido a la cantidad de personas que, atrapadas, quisieron escapar o entrar a nado, lo que se ha traducido en muertes y desapariciones. La pérdida de empleo ha sido otro gran drama fronterizo, debido a la pérdida de trabajos de muchas personas que vivían directamente del negocio del Tarajal, tanto en Marruecos como en Ceuta, teniendo su mayor ejemplo en las naves que han tenido que reconvertirse casi en un albergue para marroquíes. Además se produjo un desplome en las altas a la Seguridad Social que ha afectado a las mujeres que trabajaban en hogares ceutíes y que perdieron su trabajo.