Hay que sacar el bulto chino. Sea como sea. Es el objetivo de los porteadores que no canalizan esta mercancía por ‘Tarajal II’ y esperan las horas en el entorno de la frontera para sacar el textil de Ceuta a Marruecos. Esto se traduce en jornadas de constantes amagos de avalanchas que son contenidas por un puñado de guardias civiles.
Y así toda la tarde. Hasta desesperar. En un ejemplo de desesperación tanto por un lado, el de los agentes, como por el otro: el de los porteadores que confían en poder burlar el control para sacar la mercancía. Esto se traduce en cierres intermitentes del paso fronterizo.
Este lunes algo más de 2.000 mujeres han sacado sus bultos por el paso habilitado para la mercancía. El resto ha intentado provocar avalanchas que han sido contenidas por los agentes. Se ha dado prioridad a las personas que salen a Marruecos y que llegan en autobús al Tarajal, coordinando un circuito de seguridad para evitar que estas llegadas sean aprovechadas para generar el caos.
Erradicar estas prácticas es el objetivo. Pero lo costoso de este trabajo hace que en cualquier momento pueda generarse el caos. Es un agobio constante. Hay quienes consiguen sacar algún bulto y eso anima a continuar en el intento. Las motos patera se han quejado de que no han podido trabajar como querían.
Y mientras en la zona de embolsamiento se han contenido los vehículos para evitar que en la carretera nacional se provocara un caos como el que se avecinaba debido a la acumulación de porteadores.
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