Frontera: Responsabilidad y altura de miras

Aunque sería fácilmente recurrente, no voy a recordar las decisiones que devinieron en futuros errores cuando se ubicó un polígono industrial en zona limítrofe fronteriza, ni que aquella primitiva idea industrial se convirtiera en lo que es hoy. Tampoco mencionaré ni analizaré el craso error de situar un paso de mercancías en el interior de un recinto privado, y en absoluto me escudaré en que el denominado porteo tal y como se conocía, ha visto incrementado exponencialmente su ‘sector’ debido a factores (también sociales y económicos) que han contribuido claramente a tan descomunal aumento por un alarde de cierta desidia e inacción que ha llevado a la actual situación de insostenibilidad a la que nos enfrentamos.
La asunción de responsabilidad al frente de una gestión administrativa directa hacia el ciudadano hace que se asuma tal y como la situación ha sido encontrada. Con esos mimbres, y en lo que se refiere a la frontera de Ceuta con Marruecos, su peculiar ‘entorno’ y todo lo que envuelve su gestión como puerta de entrada a España y a Europa, los planteamientos siempre han estado preñados de análisis dado que, como si de un Principio de vasos comunicantes se tratara, cualquier acción o toma de decisión sobre cualquiera de las aristas del ‘peculiar’ estatus, afectaría claramente a otra de las que componen ese microuniverso fronterizo tan frontalmente encontrado con la legalidad vigente.
Pasar de puntillas, mirar hacia otro lado, no intervenir para no molestar… mientras se conculcan muchos principios básicos de nuestro sistema, no es algo a lo que como otros íbamos a amoldarnos. Antes al contrario, juré cumplir y hacer cumplir la Ley y en esa labor nos van a encontrar propios y extraños.
La frontera hay que tratarla con una visión global. Es, sin lugar a dudas, la puerta de nuestra casa. Hay que verla como un todo, como un bosque y no querer entenderla desde un punto de vista particularista, de corta distancia exenta de análisis general, y siempre huérfana de datos referidos a esa globalidad.
En el camino de esta segunda década del siglo XXI nos encontramos ante decisiones a adoptar que deben guiarnos ante el sendero de las próximas décadas. La economía forma parte trascendental de la necesaria estrategia a emplear que nos conducirá por la ruta de un adecuado futuro. ¿Verdaderamente nos hemos parado para cuestionarnos hacia dónde vamos?. ¿Es este modelo económico-porteo-fronterizo sin control, causante de las masificaciones y bloqueos que padece el Tarajal, el que debe sostener a Ceuta?. ¿Se ha calculado el impacto que 30.000 porteadores y 10.000 vehículos para el trasiego diario producen en la ciudad?. ¿Se ha computado lo que ese ‘negocio’ deja a las arcas de Ceuta frente al ingente coste que supone su mantenimiento?. ¿Es ese el tipo de ‘visitante’ que la ciudad necesita y demanda?.¿no será que este tipo de ‘visitante’ es incompatible con los que realmente necesitamos? ¿Se ha preguntado alguien si ese ‘negocio’ produce un alto porcentaje de fraude?... ¿Ante esta situación, alguien se ha cuestionado si este acostumbrado desorden choca de algún modo con una demanda de evidente seguridad que nos aconsejan las posibles amenazas?. ¿Alguno se ha preguntado si este histórico y descontrolado ‘negocio’ tiene impacto claro y positivo en el desempleo?. ¿Cuántos ciudadanos ceutíes se ven beneficiados por este sector atípico frente a los que lo son entre nuestros vecinos?. ¿alguien se ha preguntado si esta economía es nuestra o mayoritariamente ajena?....
¿Tenemos que seguir mirando para otro lado, o conjugar acciones que busquen y traten de normalizar este entorno fronterizo, con su peculiar ‘hinterland’(entorno económico) y aplicar medidas de seguridad que tiendan a procurar el bien general?.
Y a todo esto, para el que se le olvide, recordar que una frontera internacional no es sólo cosa de uno, sino de dos en nuestro caso. Sin olvidar que en estos últimos dos años, en relación con los anteriores, hay aspectos específicos que han mejorado notablemente.
La miopía de quienes se centran en un simple árbol con su única característica, no debe enturbiarnos la visión de un variopinto y frondoso bosque, bastante complicado, por más que los primeros logren encontrar amplio cobijo difusor, inherente -eso si- a la falta de responsabilidad y prudencia necesaria que procura ese sesgo monocular tan atrevido por ignorante.
Mientras que los instauradores, promotores y organizadores del descontrol y del caos sacan evidente beneficio y cuentan con palmeros ignotos que les bailan el agua, otros nos debemos a la planificación, el análisis y la coherencia para atajar, frenar y poner mayor orden para el bien general de la población. Antes de actuar hemos observado el caos y lo hemos analizado, que nadie lo dude… Hemos marcado, visto y expuesto el mapa de una situación tan insostenible como incontrolada que afecta a Ceuta a todos los niveles. La prudencia, la responsabilidad y la lealtad nos hacen trabajar y actuar en el camino planificado que redundará finalmente en más orden, más seguridad, conjugado en su medida con la fluidez y la vital labor de previsión-prevención en todos aquellos parámetros en la que la población necesita del servicio del Estado.
Insisto, la prudencia y la responsabilidad, nos llevan a soportar hoy críticas de todo tipo y a todos los niveles. Sólo digo que entre corto y medio plazo tendremos respuestas claras que harán a muchos desdecirse. Tendré tiempo de recordarlo para unos y para otros. A los miopes imprudentes e irresponsables ignorantes podré explicarles algunas cosas. A los desmemoriados políticos, sin embargo, les diré que acudan a las hemerotecas… no hay otro remedio para ellos y añado, no es una baza en estos casos, sino un síntoma incurable.