El futuro de La Sirena de Punta Almina sigue en el aire. El edificio, cuya rehabilitación se ha completado recientemente gracias al 1,2 millones de euros que el Servicio Público de Empleo Estatal ha invertido a través de dos talleres de empleo, sigue cerrado y a la espera de que el Ministerio de Defensa, que es su legítimo propietario, decida cúal será su uso final. Y es que no está nada claro.
El diseño de su restauración se preparó para que el edificio, que llevaba décadas de abandono y muy degradado, se convirtiera en un centro de interpretación de la naturaleza, especialmente para la obsrvación y avistamiento de aves migratorias, a iniciativa precisamente de los colectivos ecologistas de la ciudad,la SEO Birdilife y la asociación Septem Nostra. Su portavoz, José Manuel Pérez Rivera, teme que la Sirena sea finalmente explotada a través de un negocio privado, “cuando lo lógico es que un edificio que se restaura con fondos públicos se aprovechado para un uso público”, reclama.
Las dudas se suscitaron el día en el que la Fundación Forja XXI, que ha coordinado las obras durante los dos últimos años, hizo entrega del inmueble a Defensa, organismo que, a priori estaría dispuesto a cederlo. Nadie aclaró a qué se destinaría la remodelada instalación, localizada bajo el faro de Punta Almina y con privilegiadas vistas al Estrecho. Pérez Rivera recuerda que en la anterior legislatura, el entonces delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, la Ciudad Autónoma y el Ministerio de Defensa acordaron que La Sirena tendría un uso medioambiental. “Fernández Chacón impulsó el proyecto con esa idea”, matiza el presidente de Septem Nostra. Y el resto de organismos también. Incluso estaba incluido en uno de los puntos de la Agenda 21 “como objetivo asumido por la Ciudad”, subraya. “En ningún momento se habló de la iniciativa privada, que para nosotros aquí no tiene cabida”. Las asociaciones ecologistas están dispuestas a hacer un frente común para evitar que la Sirena termine convertida en un restaurante. “Nos comprometemos a darle contenido y a que este espacio sea utilizado para lo que fue diseñado cuando comenzó a rehabilitarse”, explica. Confían en la sensibilidad de las administraciones para que a la Sirena se le de “buen uso”.
Próximas reuniones
Para empezar, el próximo jueves tienen prevista una reunión con el consejero de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriadas, Gregorio García Castañeda, a quienes le pedirán que la Ciudad interceda al menos para que se disponga de una vigilancia permanente del recinto y evitar robos o actos vandálicos, como ya han ocurrido en otros edificios de interés patrimonial una vez restaurados, como por ejemplo el fortín del Príncipe “de donde se llevaron hasta los cables de la luz”.