Freno al fraude del maltrato

Hace cinco años que en Ceuta se unieron fuerzas para evitar estafas de mujeres que cobraban una renta derivada de su situación de maltrato. Ahora es muy difícil evadir ese tipo de controles

La semana pasada la Guardia Civil desarticulaba en Almería una red que ofrecía a mujeres marroquíes regularizar su situación en España y obtener una ayuda simulando tener una relación sentimental con compatriotas y ser víctimas de violencia de género. Pese a lo que pueda creerse, en Ceuta es muy complicado que ésto suceda. Hace cinco años, eso sí, era relativamente fácil.
De hecho, desde la Oficina de Asistencia a las Víctimas de Delitos Violentos y contra la Libertad Sexual de Ceuta explican que fue hace cinco años se abogó por la coordinación de las diferentes áreas dejando de lado su ausencia y la posibilidad de llevar a cabo fraudes de manera más sencilla. Se reunieron las fuerzas de seguridad, el Centro Asesor de la Mujer, Delegación de Gobierno y el INEM para abordar la situación ante las sospechas de que se estaban cometiendo fraudes. “Entonces de 25 mujeres que cobraban la ayuda de la Renta Activa de Inserción, tan sólo se quedaron doce cobrándola, el resto tuvieron incluso que devolver el dinero desde el momento en que por ejemplo, se daba la sentencia absolutoria”. Hubo un caso incluso de una mujer que denunció al marido por maltrato y se veía con él en una casa que habían alquilado en Marruecos. “En ese momento comprobamos que muchas mujeres seguían cobrando esa ayuda sin cumplir los requisitos y eso ahora, tras tomar las medidas oportunas de coordinación, no pasa”, apuntan en la Oficina de Atención, consciente de que si no se hubiese actuado de manera contundente a día de hoy seguirían produciéndose ese tipo de estafas.
La Unidad de Prevención, Asistencia y Protección de la Policía Nacional, agentes que llevan a cabo el seguimiento de las órdenes de alejamiento que están en continuo contacto con la Oficina de Atención y el Centro Asesor de la Mujer, trabajan codo con codo para que nadie trampee los recursos puestos a disposición de las víctimas.

En Almería
Lo que ha sucedido ha saltado a la luz bajo la denominada “Operación Pomelo”. Se ha detenido a 18 personas como supuestas autoras de los delitos de denuncia falsa y simulación de delito, amenazas, coacciones, falsedad documental y pertenencia a organización criminal, a las que al menos se les imputan catorce denuncias falsas por violencia de género. La red contactaba con varones marroquíes con situación administrativa regularizada en España, a los que les ofrecían entre 2.000 y 4.000 euros por simular ser pareja y agresor de la mujer, bajo la promesa de que cuando ésta consiguiera su residencia legal en España retiraría la denuncia y la causa se archivaría sin que quedasen antecedentes, un proceso que siempre es así.
Una vez interpuesta la denuncia y con la sentencia provisional, las mujeres acudían a la Oficina de Extranjeros de Almería, donde presentaban una solicitud de residencia y trabajo por circunstancias excepcionales, conforme a su consideración de víctimas de violencia de género, así como de una ayuda de 400 euros. En los casos investigados hasta el momento estas ayudas eran concedidas en el plazo de un mes. Cuando las mujeres conseguían su regularización, abonaban al supuesto autor la cantidad económica acordada, así como a los miembros de la organización la cantidad previamente pactada con ellos por encargarse de todos los trámites.

La Renta Activa de Inserción, objeto de estafa

Para que una mujer víctima de violencia de género sea incluida en el Programa de Renta Activa de Inserción, encaminado a incrementar las oportunidades de inserción en el mercado de trabajo, debe acreditar, en primer lugar, su condición de víctima de violencia de género. Además debe ser demandante de empleo, no tener derecho a prestaciones o subsidios de desempleo y carecer de rentas propias superiores en cómputo mensual al 75% del salario mínimo. La solicitud a esta ayuda se realiza a través de la Oficina de Empleo y la cuantía es de algo más de 400 euros, pudiendo llegar hasta los tres años. Desde la Oficina de Atención a las Víctimas de Violencia de Género se explica que el seguimiento que se hace es muy preciso detallando en los historiales cada detalle de los casos y manteniendo contacto continuo con las víctimas con el objetivo de saber de primera mano cómo se encuentran y en qué situación van tratando de resolver su vida con la inserción como una de las metas fundamentales a las que poder llegar.