Catorce días. Ese es el tiempo que ha pasado desde que Pepe Luis perdiera la vida a manos de su propio hermano en Ceuta. Dos semanas en las que su casa todavía se presenta con el precinto de la Policía Nacional, fiel reflejo de un hogar en el que ya no se respira vida. El silencio sigue en sus calles. Mientras, los vecinos todavía lo tienen en el recuerdo. Como ellos mismos dicen: “Jamás podrá ser olvidado”. Hoy, Pepe Luis es más recordado si cabe porque hubiera cumplido 76 años. Sus vecinos y amigos han querido recordarle como se merecía. En su casa, en su hogar, donde todavía quedan restos de sus plantas y de jaulas donde tenía los pájaros que cuidaba, han querido dejarle un mensaje dirigido a allá donde esté por medio de una carta.
Sus vecinos todavía al pasear se quedan mirando, atónitos, la puerta donde solía estar Pepe Luis. No se pueden creer lo que ocurrió y menos que perdiera la vida a manos de su propio hermano, Cayetano. Sus amigos han querido encender una vela en su honor para recordarle en su cumpleaños, en un día en el que seguro regalaría una sonrisa al barrio de Villajovita y en el que pasearía por sus calles a su perrita Canela. A buen seguro que estaría con sus plantas, regándolas una a una y poniendo el abono. Vendiendo entre la vecindad algunas de ellas para poder seguir comprando abono y para poder invitar a sus amigos en la cafetería de San Pablo. Mil y una historias que recuerdan sus vecinos estaría haciendo Pepe Luis, que tristemente murió de una de las maneras más crueles en las que una persona puede fallecer.
Su barrio aún llora, y no es casualidad cuando todos coinciden en lo mismo: “Era muy buena persona”. Todos destacan esa faceta de su persona y es que le encantaba contar sus ‘batallitas’: era una forma de acudir y rememorar su pasado para sacar a relucir una vida. Los vecinos los escuchaban, era digno de admirar. Ahora esos mismos vecinos solo tienen el recuerdo y el poder seguir cuidando sus pocas pertinencias. No necesitaba nada más para ser feliz.
Villajovita, una barriada de Ceuta que quedó conmocionada, aún recuerda a Pepe Luis y siempre lo harán. Este martes todos miraban al cielo y le deseaban un feliz cumpleaños. El día ha amanecido gris, como si también estuviese de duelo. Y es que cuando una buena persona se va, ni el recuerdo reconforta.
Descansa en paz hermano, nunca te olvidaré, marcaste mi infancia mi gran amigo Luis de las pateras como todos te conocíamos