El investigador de Ceuta Francisco Sánchez Montoya participará el martes de la próxima semana, 25 de julio, a las 10.00 horas en un seminario de memoria histórica de tres días de duración titulado ‘La mujer durante la Guerra y el Franquismo. Represión y resistencia’ que se celebrará en el Palacio de los Gobernadores de San Roque en el marco de los cursos de verano de la Universidad de Cádiz (UCA).
Lo hará con una ponencia titulada como su último presentado en marzo, ‘Mujeres ceutíes olvidadas. Represión, cárceles y fusilamientos (1936-1958)’.
A juicio de Sánchez “poco se ha escrito acerca de la represión ejercida sobre las mujeres que se mantuvieron leales a la República durante la Guerra Civil y la posguerra en Ceuta, de todo lo que hubieron de padecer desde el principio mismo del golpe militar, el cual truncó un proceso político que aspiraba a alcanzar la igualdad y la justicia social para la sociedad española”.
El escritor tiene la intención de profundizar en San Roque en “las circunstancias que se vieron obligadas a vivir, hostigadas y humilladas por el régimen franquista a través de la jurisdicción castrense”.
“A nadie escapa”, advierte, “que, habitualmente, el hombre suele tener el protagonismo en los libros de historia en detrimento de las mujeres, y que, por tanto, la memoria de hechos en no pocas ocasiones violentos ejercidos sobre las mismas haya sido silenciada y/o ignorada”.
Desde su punto de vista “tenemos que seguir profundizando en este episodio tan doloroso mediante lo investigado para este libro y visibilizar lo acontecido con las mujeres ceutíes como víctimas de la represión durante todo el franquismo, así como formar parte de las peticiones de verdad, justicia y reparación integral para todas ellas y sus familiares”.
“Durante la época que nos ocupa”, amplía Sánchez, “las personas pertenecientes a ese sector de la población padecieron una doble represión: primero, por desafectas, republicanas o ‘rojas’; segundo, por el simple hecho de ser mujeres y haberse atrevido a mostrar sus deseos de libertad y pretender escapar a su papel habitual de sumisión”.
Con su intervención intentará “realizar un ejercicio de justicia al considerar que las vivencias de todas estas ceutíes específicamente han permanecido escondidas durante demasiado tiempo, restringidas al ámbito familiar en el mejor de los casos”. “Es el momento, pues”, defiende, “de arrojar luz sobre tales hechos, de acabar con su rol de sumisión, recuperar su memoria mediante la reconstrucción del pasado y de enfrentarse a unos hechos que, no por menos dolorosos, dejaron de ser reales para, finalmente, reflexionar sobre ellos y proceder a su divulgación”.
“Las historias están aquí, aunque no todas, por que muchas quedaron definitivamente relegadas a la memoria de sus protagonistas y familiares... Han pasado muchas décadas desde aquellos sufrimientos, y me hubiera gustado haber realizado estas investigaciones hace 30 años y poder encontrarme con sus rostros ya envejecidos y con las huellas de su paso por la prisión de mujeres del Sarchal”, lamenta Sánchez.
Acusadas de rebelión por mantenerse fieles al orden constitucional
El trabajo de investigación de Sánchez ha permitido sacar a la luz que tras el golpe del 17 de julio de 1936, fueron detenidas y trasladadas a la prisión del Sarchal. El nuevo poder establecido “violentó numerosos principios básicos del derecho, y la ley se aplicó de forma retroactiva”. Las defensoras de la legalidad establecida fueron acusadas de “adhesión a la rebelión” cuando, “realmente, los sublevados violentaron el orden constitucional vigente”.
A ojos de Sánchez, “tamaña alteración de cuál era el verdadero poder legítimo y quién el verdadero rebelde implicó un cambio de papeles: toda aquella que fuera leal al Gobierno pasó a ser, desde la madrugada del 18 de julio, culpable de un delito de ‘rebelión’. Además, se catalogaron como delitos muchos que previamente no existían en el código y se aplicaron durísimas penas simplemente por estar afiliada a partidos políticos que días, e incluso horas antes, habían gozado de plena legalidad”.
Por lo general, estas mujeres (solteras, casadas, con hijos o viudas después de que sus maridos o compañeros fueran fusilados) pasaban un breve período de internamiento entre los muros de la Prisión de Mujeres del Sarchal (una vez dictado fallo por el correspondiente consejo de guerra) para después ser trasladadas a la Cárcel de Mujeres de Málaga y, finalmente, a distintos penales repartidos por el país.
“No pocas fueron condenadas a largas penas de presidio por motivos tan insólitos como asistir a una manifestación o llevar una flor roja en el pelo, suficientes para involucrarlas en complejos procesos judiciales en los que apenas pudieron defenderse”, rememora.
Dejaremos en paz alguna vez la guerra
Cuando se visibilicen los hechos que ocurrieron y que se taparon del ideario colectivo. Cuando se haga justicia en honor a todos (tod@s) los injustamente represaliados en la guerra y posterior dictadura de Franco. Tenga un poco de empatía, por favor, y póngase en la piel de aquellos familiares que no saben que ocurrió con los familiares que "desaparecieron" en aquellos oscuros años, o que si lo saben y merecen que la sociedad le devuelva el trato de ser humano que todos merecemos y que en aquel entonces se les negó en una cárcel política o en una cuneta.