Francisco Rojo Pacho, un ejemplo para todos. Los derechos se ganan y también se pierden

El pasado día 16 de marzo, miles de guardias civiles y policías nacionales nos manifestamos en Madrid para exigir mejoras laborales para ambos cuerpos policiales. No pedíamos nada que los policías autónomos y locales no disfruten desde hace años y, por tanto, pedir que se nos se reconozca nuestro trabajo como profesión de riesgo, se mejoren nuestras condiciones de jubilación y se consiga la plena equiparación con las policías autonómicas y locales son pretensiones más que justas, sobre todo después de tantos años de discriminación.

Una manifestación a la que asistieron más de 12.000 guardias civiles y policías nacionales según la Delegación del Gobierno pero, sin duda, fueron muchos más, tantos como cerca de 40.000 personas, porque la Plaza de España estaba llena de compañeros exigiendo lo que gobierno tras gobierno nos prometieron y nunca cumplieron.

No se trata de pedir más, se trata de pedir la equiparación, “lo mismo” que tienen nuestros compañeros de las policías autónomas y locales. Pedir que los trabajadores de una profesión tengan los mismos derechos no es una reivindicación injusta ni, mucho menos, caprichosa o viciosa como venían a decir nuestros antiguos jefes.

“La mayoría de los policías nacionales y guardias civiles que nos manifestamos éramos guardias y policías veteranos”

La organización de la manifestación se realizó desde la Plataforma por una Jubilación Digna en la que están representadas la mayoría de los sindicatos y asociaciones profesionales, a la que la Asociación Española de Guardias Civiles ha querido pertenecer e impulsar como herramienta indispensable para lograr nuestros objetivos apartada de cualquier interés asociativo, sindical o político.

Siendo optimista parece que se están dando los primeros pasos para considerarnos como “profesión de riesgo”, porque el Ministerio del Interior ha creado un grupo de trabajo para tal fin y el Partido Popular ha instado a que se realice, pero no podemos olvidar que esta medida debe venir de la mano de una Equiparación Real y de las mejoras de nuestras condiciones de jubilación. Tampoco debemos olvidar que no es la primera vez que todo queda en simples promesas.

Dejando a un lado tanta reivindicación, una cosa nos sorprendió y no es cuestión baladí, porque muchos de los asistentes lo comentábamos sorprendidos.

“Es desmoralizante porque los derechos se ganan, pero también se pierden con la apatía y el conformismo”

Nuestra sorpresa fue que la mayoría de los policías nacionales y guardias civiles que nos manifestamos eran guardias y policías veteranos. Una realidad un poco desmoralizante que refleja una falta de solidaridad y compromiso de compañeros que se han encontrado una Guardia Civil y un Cuerpo Nacional de Policía con trabajadores con más derechos, más tiempo libre y mejores condiciones laborales.

Desconozco los motivos, pero pensar que los derechos han caído del cielo y que manifestarse y revindicar sus derechos no va con ellos es desmoralizante, porque los derechos se ganan, pero también se pierden con la apatía y el conformismo.

Al otro lado de la esquina del compromiso con los guardias –como si de un combate de boxeo se tratara- tuve la gran alegría de encontrarme con mi querido y admirado amigo Francisco Rojo Pacho, que fue durante décadas secretario general de AUGC de Palencia, dos días después pasaba a la situación de retirado.

No podrá disfrutar de ningún derecho o beneficio de lo que veníamos a reivindicar y exigir, pero Francisco Rojo Pacho estaba allí exigiendo justicia y derechos para sus compañeros, no para ÉL.

Finalizada la manifestación nos despedimos como nos encontramos, con un fuerte abrazo de un ejemplo de representante, de un Guardia Civil con mayúscula y de un extraordinario ser humano.

Gracias por todo. Te deseamos lo mejor en esa nueva etapa de tu vida.