Juan Francisco Bautista ofreció un pregón que fue definido por muchos de los asistentes al acto “como original”. Es cierto que duró algo más de una hora, pero el propio pregonero le preguntó a muchos amigos sobre la duración y nadie supo decirle a ciencia cierta cuanto tiempo había transcurrido desde que había comenzado. Por supuesto, una buena señal de que había gustado.
El capataz del Paso de Misterio de la Cofradía de la Flagelación reconoce que cuando le propusieron para ser quien exaltara nuestra Semana Santa de 2019 no solamente supuso una sorpresa para él, sino también un verdadero orgullo y que desde el primer minuto estableció cual era el guión. Defiende que le ha costado escribirlo, pero que le ha salido del corazón. Reconoce que cuando terminó la primera copia no se quedó satisfecho y que, luego, introduciendo algo de poesía le quedó mucho mejor, llenándole de manera importante.
Hace una reflexión importante sobre la labor que tienen las familias cristianas ceutíes de inculcar entre los más jóvenes el valor de la tradición de la Semana Santa, que todo no es religión. Nos habla igualmente del papel cada vez más importante de las mujeres en las Cofradías y que hay capataces que se han dado cuenta que o introducen a las féminas o se quedan sin sacar a sus pasos.
-¿A qué huele la Semana Santa de Ceuta?
-Huele a tradición, huele a cristianos, huele a mi tierra, huele a hermanos, huele a Cofradías y en lo material a flores, incienso, torrijas o bacalao. Huele a uno de los momentos que más me gusta.
-Hablamos de tradición y precisamente porque nos referimos a una tradición que hace cientos de años en algunos de los casos. Hay que aseverar en la misma…
-Hay que seguir perseverando y mucho. Yo que llevo tanto tiempo me estoy dando cuenta que falta gente. Entiendo que son días en los que puedes aprovechar para irte de Ceuta, pero me gustaría, yo también me he ido en algunas ocasiones, que nos introdujéramos en una labor de todo el año, donde las familias tienen que inculcar que, aparte de ser un acto religioso, estamos obligados a vivir la tradición. Vemos falta de gente en la calle, por las circunstancias que sean, pero hemos de pensar que no todo es religión en la Santa Santa, sino que hay mucho igualmente de tradición, de nuestras costumbres.
-Hablas de falta de personas en la calle, pero hay muchas cofradías que también están teniendo problemas para completar el cuerpo de nazarenos o las cuadrillas de costaleros.
-Eres hermano de una Cofradía y lo que debemos hacer es pegarnos a ella, ya sea como nazareno o si te sientes fuerte y te sumas como costalero. Ya tenemos a muchas mujeres como costaleras y cada vez más. pero entiendo que sucede porque ellas son más perseverantes que nosotros. Ahora hay muchos capataces que se están dando cuenta que o introducen a mujeres en los pasos o no salen.
-Y no salir es una pena.
-Diría que no es una pena, sino lo siguiente. Es una lástima que no puedas sacar a sus titulares a la calle el día en que te corresponda. Tenemos que hacer manifestaciones de fe en la calle, debemos hacerla fuera de nuestras Parroquias, de nuestra Casa de Hermandad o de nuestro Oratorio. Estamos obligados a hacerlo. Pero vuelvo a retomar el caso de las mujeres, porque en los tramos de nazarenos nos encontramos casi un mayor porcentaje de mujeres que de hombres. Desconozco que le pasa a la gente del género masculino que están ahí muy parados. Y te vuelvo a decir que en mis inicios llegué a introducir a mujeres en mi cuadrilla haciéndola mixta. También añado que tengo una suerte increíble. Soy de los pocos que cuenta con una amplia cuadrilla y además con bastantes relevos, pero hemos de entender que es un trabajo que debe hacerse con anterioridad. Algo tendremos nosotros que se nos acerca mucha gente joven.
-¿Qué supuso para ti que te dijeran hace unos meses que ibas a ser pregonero de la Semana Santa de Ceuta?
-En primer lugar, una gran sorpresa, una responsabilidad y un orgullo. De ello me dí cuenta el domingo. Mi buen amigo Eusebio Belmonte, que ya fue pregonero me llegó a decir que todo lo que había vivido en Semana Santa durante estos años era totalmente diferente a lo que iba a vivir como pregonero. Es verdad, desde el momento en que comencé a escribir, no había hecho nunca ningún pregón ni ninguna exaltación, me di cuenta que había algo especial. Escribir de lo que te gusta, exaltar a todas las hermandades de Ceuta, para mí ha sido un orgullo y un honor.
-¿Desde el primer momento tenías claro el pregón que quería para este pregón?
-Por supuesto. Fue aceptar y ya la introducción me la tomé como una gran chicotá, que comenzaba con una levantá, utilizando palabras propias de un capataz y finaliza el pregón con un “Pararse ahí y ahí quedó”. No seguí un orden riguroso para todas las hermandades, es verdad que las escribí por orden, pero a última hora pensé que era mejor ir llevando otro sistema de aparición. Creo que quedó bien y por lo que me han dicho y he leído estimo que ha gustado.
-Hablas de esas catorce cofradías desde el recuerdo que te plantean desde pequeño, desde esa enseñanzas que te inculcaron tus padres. Es esa enseñanza la que debe continuar inculcándose hoy en día.
-En mi caso no soy ejemplo de nada, pero mi familia entera me acompaña en esta devoción. Veo las túnicas de mi mujer y de mis hijos planchadas en el salón. Tengo amigos que tienen una devoción enorme, pero no se lo han inculcado a sus hijos. Ya no solamente mis hijos, sino también mis sobrinos, mis sobrinos-nietos.
-Cuando el domingo te levantaste ¿eras consciente de la responsabilidad que asumías unas horas después?
-La verdad es que dormí bastante bien el sábado por la noche. Tuve la oportunidad de asistir al concierto que se ofreció en el Teatro Auditorio del Revellín que fue un verdadero espectáculo. Luego hicimos las pruebas de sonido y tras llegar a casa me acosté. Me levanté por la mañana, me afeité, desayuné, pero a medida que se iba acercando la hora me encontraba más nervioso. Luego, me volví a tranquilizar, pero en esa soledad del pregonero, que es cuando el presentador termina, se va y te quedas solo en la silla escuchando la Marcha de la Amargura, comienzas a preocuparte. Ese paseo hasta el atril te cuesta un poco, pero pude tranquilizarme a medida que avanzaba.
-¿Para ser pregonero hay que ser también un poco poeta?
-La verdad es que me lo he currado porque es la primera vez que escribo un pregón y no tengo la facilidad de escribir grandes textos. Lo que he escrito me ha costado mucho trabajo. Escribí en prosa pero me dí cuenta que no me llenaba. Había salido del corazón, pero comencé a buscar palabras que rimaran y cada vez se fue adaptando, convirtiéndose al final el pregón en un estilo de prosa poética. Al pregón hay que ponerle corazón y si se lo pones te sale.
-¿La Semana Santa de Ceuta tiene que aprender todavía mucho de la peninsular?
-Sería absurdo que no nos reflejemos en alguna Semana Santa, porque nosotros miramos a Sevilla. Cada Semana Santa es muy distinta. Tenemos unas procesiones que cuentan con defectos, pero también contamos con muchas virtudes. Hay pasos en Sevilla que son el punto de mira de mucha gente, pero aquí igualmente los tenemos. ¿Cuál es la diferencias entre una y otra? Las personas que las siguen, pero a la capital hispalense también se le está volviendo en contra por la masificación de personas. Nada más que tenemos hablar de los problemas que se están encontrando durante la madrugá del Jueves Santo. Se están convirtiendo en botellones por la calle y eso no es la Semana Santa. No nos hace falta mirar tanto a otras Semanas Santas.
-Hablando con algunos hermanos mayores me comentan que tras la crisis de los años 80 vino la gran eclosión de los 90. ¿Será posible que podamos tener otro momento de gran esplendor como en los 90?
-A finales de los 80 entraon en las distintas Cofradías un grupo de personas bastante amplio con ganas de trabajar y de apoyar a esa Semana Santa. Los desfiles procesionales de esa época eran un verdadero disloque y no había por donde cogerlos. Cada Hermandad iba a su bola, no se seguían nada y no había carrera oficial. Muchas de esas personas se mantienen todavía, pero ahora está entrando gente joven que será el futuro de nuestra Semana Santa. Estoy convencido de que vamos a empezar a subir.
-¿Tiene futuro la Semana Santa de Ceuta?
-Futuro entiendo que sí, pero si no ponemos de nuestra parte vamos a ir a peor. Contaremos con unas tallas increíble, un patrimonio incalculable, pero nada más que valdrá para que se monten en las Iglesias, en los Oratorios o en las Casas de Hermandad. Van a parecer museos, porque faltará el calor humano. Sin embargo, te repito que tengo mucha esperanza porque está entrando gente joven y la gente joven trae más detrás. Por otro lado, debemos abrir las puertas de las hermandades y no ponerles barrera. Hacerles sentir importantes.