La Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos, FPAV, urgirá a la Ciudad a modificar el modo de pago de la subvención anual que perciben las asociaciones de vecinos, optando por un ingreso nominativo frente al modelo conjunto que se viene empleando hasta ahora y que ha sido origen del malestar generalizado entre las entidades vecinales cuyo último cobro se realizó en 2015.
Tres años sin percibir ningún tipo de ayuda económica después de que, en esa fecha, un cambio en la normativa vigente les obligara a modificar la forma de justificación de los gastos de la entidad. Si hasta ese momento, las asociaciones únicamente presentaban las facturas originales y la memoria de gasto, a partir de 2015 los requisitos exigen la presentación de un talón del pago efectuado y el extracto bancario indicando su cobro.
Desde entonces, cada una de las asociaciones debe presentar una pormenorizada documentación que la Ciudad gestiona de manera conjunta para hacer entrega de la partida de 60.000 euros destinada al movimiento vecinal. El problema surge en el momento en que alguna de dichas asociaciones no justifica los gastos o carece de algún tipo de documento.
“Las subvenciones a las asociaciones de vecinos van en un partida de 60.000 euros y no se puede separar. Cada una se presenta y todo tiene que estar correcto, si una falla en algo no se le puede dar a las demás”, explica el presidente de la FPAV, Juan Moreno, aclarando que, en caso de ocurrir algún percance “tienen que rectificar el proyecto y de ahí el retraso para el cobro. Ese es el problema de que vaya pasando el tiempo y no reciban el dinero”.
Es por ello que Moreno considera que el pago nominativo a cada una de las AAVV sería la solución idónea para evitar retrasos en el pago a aquellas entidades que cumplan con todos los requisitos. “Creemos que una asociación no tiene que depender de que el resto tenga sus proyectos presentados”.
La propuesta ya se ha trasladado a la Ciudad, que deberá elevar al Pleno de la Asamblea una modificación que relajaría unos ánimos más que alterados entre los líderes vecinales, tras no recibir ninguna subvención desde que en 2015 se efectuara el último pago.
Las consecuencias no se han hecho esperar. Algunas de las AAVV han tenido que suspender sus actividades a la espera de poder sufragar sus proyectos con una ayuda de entre 1.500 y 1.700 euros que, en algunos casos, apenas alcanza para cubrir las facturas de agua y suministro eléctrico de los locales. En cualquier caso, durante estos tres años son los propios miembros de las entidades vecinales los que han tenido que pagar de sus bolsillos los gastos derivados del mantenimiento de la asociación.
De ello culpan a Moreno. “La Federación no se mueve por las asociaciones. Es una república bananera y no escuchan a nadie. El movimiento vecinal está dormido. Mi mayor error ha sido confiar en Moreno como presidente”, se lamenta su homólogo en la AVV de Miramar Alto, José Ramos.
Otra de las críticas hacia Moreno procede del presidente de Manzanera, Francisco García, quien, al margen de considerar que “la Ciudad se ha reído de todos nosotros cuando nos dijeron que íbamos a cobrar”, acusa a la Federación de “no tener pantalones para imponerse, pero ellos sí que han cobrado, aunque después no realizan ningún tipo de actividad”.
Para Moreno, estas acusaciones no están justificadas en cuanto ya ha trasladado el malestar de las AAVV en varias ocasiones. Respecto al cobro de la subvención de 97.000 euros, asegura que si la entidad ya lo ha percibido es porque “la Federación hace las cosas como tiene que hacerse y todo se ha justificado adecuadamente”. Insiste en que sí organizan actividades a lo largo del año. “No es que no hagamos nada, es que hay asociaciones que no quieren participar en lo que hacemos”.
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