Siempre ha sido una estampa propia de Ceuta. A nadie nunca le ha llamado la atención toparse con inmigrantes subsaharianos o transfronterizos
marroquíes portando un chaquetón del Ejército o alguna prenda de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, del Plan de Empleo, la antigua Urbaser o incluso Cruz Roja. Nadie en su sano juicio puede pensar que Interior está equipando a los
subsaharianos que viven en el
CETI con el uniforme de la Benemérita y quitándoselo a su vez a los guardias civiles. Tampoco nadie monta un circo mediático por una imagen que en la ciudad se viralizaba este domingo como algo gracioso, algo que nunca iba a pasar el filtro de lo noticioso puesto que en Ceuta esto se ha visto en multitud de ocasiones. Mucho menos la
Guardia Civil se había visto forzada a tener que investigar de dónde sacan esas prendas unos subsaharianos con la cantidad de asuntos de peso que deben ser motivo de investigación en nuestra ciudad, puerta de tráfico no solo del hachís sino de la cada vez más operativa ruta de la cocaína hacia Marruecos. Pero lo ha tenido que hacer.
El debate abierto por Jucil y los ‘policías full’
En esa parcela debió quedarse el debate pero a lo largo del día entidades como Jucil compartían esa fotografía llevando al ámbito de la queja de una asociación cuyos fines deben ser la mejora de los derechos de los guardias civiles lo que únicamente es algo pintoresco. “Y así todo. No es de recibo que la @guardiacivil siempre deficitaria de personal y medios. #SomosLoQueDefendemos #ConstitucionEspañola #SeparacionDePoderes #EstadoDeDerecho”, exponían en un mensaje en X (antiguo twitter). En otro mensaje iban más allá: “Mientras nuestros compañeros esperan dos años en que les llegue una prenda parece ser que @guardicivil y@interiorgob les importa más que otros ciudadanos deshonren nuestro uniforme y las regalan, ¿crecerán los delitos denominados ‘policías full’?” Este término no deja de ser un argot policial que se refiere a criminales que se hacen pasar por agentes para realizar actividades delictivas sin levantar sospechas. Se pasaba así de una imagen graciosa a criminalizar a todo un colectivo.
Un caso mediatizado para polemizar
Poco iba a faltar para que de esos mensajes se pasara a titulares en medios de comunicación nacionales tendenciosos y falsos. “Marlaska viste a inmigrantes llegados a Ceuta con uniformes de la Guardia Civil”, titulaba ok diario. “Inmigrantes ilegales vestidos de uniforme”, contaba Libertad Digital que llega a plantearse que los subsaharianos habían podido robar esas prendas en alguna instalación de la Benemérita. No Marlaska no viste así a los inmigrantes. Cualquiera que viva en Ceuta lo sabe. Como también los guardias civiles destinados en nuestra ciudad y que en los servicios en frontera se han topado con multitud de estos ejemplos. Que estas prendas lleguen a ese destino es fruto en ocasiones de un regalo o, en este caso, de su recogida en los contenedores. Algo que no se debe hacer pero que ha terminado prácticamente siendo una cuestión de Estado marcada por malas intenciones.