Un asiduo lector, que por su parte ya empieza a apuntar maneras en la misma afición mía de "juntar letras", me sugiere que escriba algo sobre la historia del Foso de San Felipe de Ceuta, que todos los que hemos vivido en la ciudad conocemos. Y Ceuta, para quienes no la hayan visitado o no la conozcan bien, tiene una situación privilegiada, envidiable y estratégica, que ya quisieran tener para sí muchas otras ciudades, sobre todo, por sus vistas placenteras. Porque es una preciosidad su bahía norte, asomándose al Estrecho de Gibraltar.
Por dicho brazo de mar, y por la misma Ceuta, pasaron, prácticamente, casi todas las culturas y civilizaciones dejando cada una de ella su propia impronta sobre la ciudad, como las babilónica, fenicia, púnica, romana, visigoda, musulmana, portuguesa y española. Todas ellas, necesariamente tuvieron que cruzarlo el Estrecho para pasar del antiguo Mare Nostrum (mar Mediterráneo) rumbo al Océano Atlántico, y viceversa; motivo por el que desde muy antiguo fue una ciudad amurallada, para poder defenderse cada civilización asentada en Ceuta contra la llegada de la siguiente, y así sucesivamente. A eso se debe que Ceuta haya sido siempre una ciudad muy codiciada por los países de su entorno a través de toda su historia. Y ese es también el motivo por el que, casi todos los pueblos que por ella han pasado, hayan cuidado mucho sus murallas, para no perder la ciudad ante los numerosos ataques, invasiones, sitios y asedios que ha sufrido.
Pues, con ocasión de esta sugerencia que recibo, me voy a ocupar hoy de intentar dar respuesta a mi comunicante y también para general conocimiento de todos los demás, siquiera sea dándole unas breves pinceladas a la historia de las Murallas y Fosos de Ceuta, aunque sin ir muy al detalle de los hechos, porque el tema, por sí solo, creo que daría materia para escribir toda una tesis doctoral, que difícilmente podría elaborarla yo, que no pasé de mi licenciatura y sobre otra materia bien distinta.
El amurallamiento de Ceuta comenzó a hacerse más ostensible durante la dominación romana. Pero las Fortificaciones Renacentistas más importantes fueron las portuguesas del Foso Real, que consta del propio Foso, los Baluartes de los Mallorquines, de la Bandera y la Coraza, Muralla Real y Espigón de la Ribera. La Muralla Real, el Foso, los baluartes de la Coraza, la Bandera y de los Mallorquines y la prolongación del Espigón de la Ribera, constituyen el primer núcleo de fortificaciones de las Murallas Reales del frente de tierra; insistiendo en que son de época renacentista y las únicas de origen portugués. Fueron construidas entre dichas fechas (1541-1549), bajo la dirección del arquitecto español Miguel Arruda, «Maestro en el Arte de fortificar», ayudado por Micer Benedito de Rabanaizo.
Durante el largo sitio que impuso a Ceuta Muley Isamail durante 1694-1727, que duró 27 años seguidos, se hizo necesario extender y mejorar las defensas de Ceuta más allá del foso; construyéndolas los españoles en la primera mitad del siglo XVIII, sobre la contraescarpa del foso, el hornabeque llamado Frente de la Valenciana, formado por los semi baluartes de San Pedro y Santa Ana, más el resto de fortificaciones que delimitan la Plaza de Armas.
Ya en el siglo XX, se demolieron por el norte y el oeste parte de las fortificaciones de la línea de defensa más avanzada, las de Puertas del Campo, para ampliar el puerto, construir el ferrocarril Ceuta-Tetuán y la actual Avenida San Juan de Dios, desapareciendo el antiguo Foso de San Felipe con su puente elevadizo y su monumental Primera Puerta, el Abacar, las Puertas del Campo, parte del Baluarte de San Pedro, la Contraguardia de Santiago, el Espigón de Nuestra Seora de África, las Lunetas de San Jorge, San Felipe, de la Reina y de San Luis.
El foso era inicialmente un accidente geográfico natural que introducía una lengua de mar en tierra, pero que no llegaba a comunicar las aguas de las bahías norte y sur; por lo que los portugueses, en el año 1549, lo prolongaron hasta convertirlo en un canal marítimo navegable que comunicaba dichas bahías, convirtiendo la antigua ciudad en una isla separada del continente. Esta fortificación se construyó para defender el istmo que separa la península de la Almina, donde se asentaba la antigua ciudad. El paso de uno a otro lado se realizaba, primeramente, por el puente elevadizo situado en la embocadura norte, que luego fue reemplazado a comienzos del siglo XX por otro fijo, el del Puente del Cristo.
Recuerdo también que los fuertes temporales de levante suelen arrastrar la arena del mar desde la embocadura sur hasta la del norte, precisamente a través del Foso de Agua, motivo por el que, periódicamente, la arena queda acumulada y las embarcaciones menores, incluidos los barcos pesqueros de tonelaje poco pesado que pasan por el foso suelen quedar a veces varadas en las mareas bajas; motivo por el que en alguna ocasiones cuando esto ocurre hay que extraerle la arena apilada para que pueda seguir siendo navegable, o remolcar dichas pequeñas embarcaciones cuando quedan varadas, porque cuando la navegación se interrumpe por el foso, se hace necesario darle la vuelta a toda la península de la Almina, con la consiguiente dificultad y hasta peligro que supone para hacerlo con las citadas embarcaciones, sobre todo, en la parte de mar escabroso que se tiene en el trayecto frente a Santa Catalina, en el lugar conocido como los "hileros de mar".
Las Murallas Reales de Ceuta, que quedan concretamente ubicados en el trayecto del foso, forman todo un conjunto monumental y turístico de la Ciudad autónoma, muy visitado. Posteriormente a mi estancia en Ceuta las tres veces que a ella quise ir destinado, creo que se tiene incoado expediente para la declaración de las mencionadas Murallas Reales como Patrimonio de la Humanidad. Lo que acredita la suntuosidad e importancia de dichas Murallas Reales. Y ojalá se consiga, forman un conjunto precioso digno de ser admirado y visitado.
En el siglo X se construyeron nuevas murallas, que luego se reconstruyeron en el siglo XVI. Y el año 1724, el ingeniero militar Jorge Próspero de Verboom, de origen flamenco, que fue teniente general y fundador del Real Cuerpo de Ingenieros, diseñó el frente abarlaurtado y un cuartel fortificado junto a las Murallas Reales de Ceuta, a prueba de combas, en el terraplén de las Murallas Reales para alojar cuatro batallones, en el lugar donde actualmente está construido el Parador Nacional La Muralla, que fue edificado en 1966. Próspero de Verboom era hijo de una española y de padre holandés; y, dado que cuando estuvo en Ceuta ostentaba el empleo de teniente general y el Comandante General sólo era general de división, comandaron juntos y coordinadamente el mando de tropas de la Comandancia ceutí.
"El amurallamiento de Ceuta comenzó a hacerse más ostensible durante la dominación romana. Pero las Fortificaciones Renacentistas más importantes fueron las portuguesas del Foso Real, que consta del propio Foso, los Baluartes de los Mallorquines, de la Bandera y la Coraza, Muralla Real y Espigón de la Ribera. La Muralla Real, el Foso, los baluartes de la Coraza, la Bandera y de los Mallorquines y la prolongación del Espigón de la Ribera, constituyen el primer núcleo de fortificaciones de las Murallas Reales del frente de tierra"
En el foso existen varias líneas defensivas, la primera está compuesta por el Baluarte de los Mallorquines, con la Puerta del Campo, el Baluarte de La Bandera, la Muralla Real, propiamente dicha, el Baluarte de la Coraza Alta, el Espigón de La Ribera y el Foso Real, navegable para las pequeñas embarcaciones. El foso divide el conjunto monumental y Ceuta en dos partes, unidas por tres puentes que lo cruzan, dos en el extremo norte y uno en el extremo sur del canal.
La segunda línea defensiva es el Hornabeque del Frente de la Valenciana, que está compuesta por el Semi baluarte de San Pedro, el Frente de La Valenciana y el Semi baluarte de Santa Ana, situándose delante la Plaza de Armas. La tercera línea de defensa está formada por la desaparecida Contragurdia de Santiago, el Revellín del Ángulo de San Pablo, el Revellín de San Ignacio y la Contraguardia de San Francisco Javier.
Una cuarta y última línea defensiva, hoy desaparecida, estaba formada por las lunetas de San Luis, la Reina y San Felipe, dando al Foso de San Felipe, hoy bajo la Avenida de San Juan de Dios. Dentro de sus muros, se encuentran elementos arquitectónicos tan importantes, como la llamada Puerta Califal del siglo X. Dicha Puerta Califal, se halla ubicada en la Muralla Real y dentro del complejo monumental de las Murallas Reales y se descubrió el año 2002.
El conjunto monumental portugués lo forma el Foso Real con su escarpa y contra-escarpa y actualmente dos líneas de fortificaciones, la primera, formada por los medio-baluartes Santa Ana y San Pedro a finales del siglo XVII; la segunda, formada con la contraguardia San Javier, el revellín de San Ignacio y el ángulo de San Pablo, aparte la plaza de armas y foso seco de la Valenciana. Ejemplo de la fortificación abaluartada de la época está llamado a albergar el equipamiento museístico local, teniendo ya en él el Museo de las Murallas Reales, en el revellín de San Ignacio.
Las defensas medievales mantenidas por los portugueses más de un siglo fueron profundamente reformadas a mediados del siglo XVI por Miguel de Arruda. Al este de La Ciudad proyectó un foso seco que separase ésta de la Almina y la protegiese de posibles desembarcos. Según Correa da Franca el foso fue abierto en 1557. Sólo por su lado norte penetraba el agua del mar sirviendo sus muros de refugio a las embarcaciones. Los baluartes de San Juan de Dios y San Francisco protegían sus esquinas, y el de la Pólvora el centro. Las necesidades urbanísticas provocaron durante el pasado siglo su progresiva ocultación, siendo hoy nuevamente recuperada esta cesura en el tejido urbano gracias al desdoblamiento del Paseo de las Palmeras.
Quien fuera mi amigo y vecino en las páginas de El Faro de Ceuta, don Francisco Olivencia Ruiz (q.e.p.d.), hijo de Ceuta y buen conocedor de la ciudad, sus gentes, su historia, sus costumbres y tradiciones, no se cansó de repetir, principalmente, en sus artículos publicados en El Faro el 27-05-2009, el 2-03-2014 y el 23-10-2016, que al foso había que denominarlo Foso de Agua, porque así fue llamado primeramente, que después pasó a denominarse Foso de la Almina, para terminar en Foso de las Murallas Reales, que él entendía que era como en realidad debía llamarse y que incluso así pidió que fuera, dirigiéndose a la Consejería de Cultura de Ceuta y al Instituto de Estudios Ceutíes para que se hiciera oficialmente.
Él sostenía que había habido dos fosos de tierra: el de la Almina, donde está el Mercado Central ceutí y el de San Felipe, situado en la Avenida hoy llamada de San Juan de Dios. Y luego está el Foso de Agua, que es el único existente de agua de mar, cuyo fondo es más inferior que el nivel del mar, conectando ambas bahías. Para don Francisco Olivenza, el Foso de San Felipe, ya no existe; era el antiguo de tierra en la mencionada Avenida de dicho Santo.
El foso de Agua de San Felipe es el único de España que es navegable. En la antigüedad el foso y las murallas protegían la ciudad de ataques de otros pueblos que pretendían invadirla y el mismo sirvió de línea defensiva para mantener a toda costa a Ceuta de sus invasores o atacantes. Y, en varias ocasiones, de no haber existido dicho foso, Ceuta hubiera corrido el inminente peligro de haber sido reconquistada por los árabes.
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