Una de las prioridades que se estableció la nueva Delegación del Gobierno en el perímetro fronterizo fue acabar con las avalanchas. Aunque el proceso “no es fácil”,
confesaba el jefe de Gabinete, Juan Hernández, se ha trabajado de forma insistente en encontrar la ‘fórmula’, que podrá ser una realidad a lo largo del mes de octubre. El fin último, como ya se ha anunciado en reiteradas ocasiones, es erradicar el porteo por el Tarajal I para que sea más fluido y seguro, y como primera medida para evitar la masificación en las inmediaciones fronterizas se canalizará el paso peatonal a
Marruecos a través de dos túneles. De esta forma, uno más estrecho tendrá carácter exclusivo de régimen de viajeros y, el otro, de mayores dimensiones para porteadores.
Se está negociando la implantación del Plan de Seguridad en todos los polígonos
Una acción con la que se pretende descongestionar la zona y que llega apoyada por las obras que se iniciaron ayer junto a la N352, en concreto, en el último tramo más próximo al perímetro. Se trata de una pendiente que une el entorno fronterizo con los polígonos, y donde la próxima semana se realizará una zanja de grandes dimensiones que impida a los porteadores cruzar por la zona. Con ello se pretende que en su camino hacia la frontera continúen por la vía oficial anexa a la calzada, un trayecto más dilatado que permitirá ralentizar la acumulación de personas en el entorno del paso al país vecino.
Un aspecto clave y determinante para erradicar el comercio atípico por el Tarajal I se centra en conseguir que todos los polígonos apliquen el Plan de Seguridad (actualmente solo funciona en el del Tarajal II), para ello la Delegación se encuentra inmersa en negociaciones con los diferentes presidentes. Si los acuerdos saliesen adelante, la siguiente medida a adoptar se sitúa en prohibir la salida de porteadores del recinto, es decir, que el único filtro de entrada y partida sea el paso del Tarajal II.
Se quiere prohibir la salida de porteadores de los polígonos y que el único canal sea el Tarajal II
A partir del lunes, si se dan las condiciones en la obra de la Nacional, la Delegación comenzará a ensayar sus primeras acciones. Una prueba que posiciona su primer foco de actuación en el mercadillo ambulante que se establece en la zona del Jato y donde se vende la mercancía que desde la administración local y la sede de la plaza de los Reyes pretenden evitar. Además, las intenciones son más ambiciosas y se centran en el terreno local y en evitar que esa mercancía que Marruecos considera desleal no llegue a Ceuta, ya que su destino final se encuentra al otro lado de la frontera.
Aunque la tarea es complicada y se tiñe de “imposible”, lo que sí van a intentar es que esa mercancía no llegue a los porteadores, sobre todo porque el bulto de textil incrementa su precio por el Tarajal I, motivo por el que se ha disparado la afluencia de porteadores por esta zona.
Además también se está estudiando digitalizar la frontera para que el tránsito sea más fluido y seguro.
La medida de Delegación deja una bajada en el número de porteadoras
El número de mujeres que ejerció ayer el porteo descendió considerablemente en comparación con los datos desprendidos durante las últimas semanas, y se sitúo en las 1.200. Casualidad o no, llega justo después de que la Delegación decidiese suspender el porteo el pasado miércoles a causa de presión que los marroquíes ejercieron sobre los comerciantes para conseguir un aumento de precios en la venta del bulto. Se trata de la segunda suspensión ‘inesperada’ en menos de dos semanas y que provocó las protestas de porteadores y camalos en las proximidades fronterizas de Marruecos durante la tarde del del mismo día. La sede la plaza de los Reyes fue tajante en su decisión, consensuada previamente con el país vecino, y afirmó que “no se van a tolerar este tipo de presiones” ya que, además, crea una masificación de personas en los polígonos con el riesgo que supone para que se generen avalanchas.
Además, durante la tarde de ayer nuevamente hubo una gran concentración de porteadoras en el entorno del paso al país vecino, fruto del cierre de la frontera, cuya acumulación provocó un amago de avalancha que fue controlado por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.