Final de
Ramadán y qué mejor que celebrarlo a base de dulces que, si son caseros, pues mejor que mejor. Y en esta ocasión a los ingredientes básicos de receta se ha sumado el cariño puesto por
los menores que vinieron del centro de Piniers, en Ceuta, y que están ahora acogidos por la
Cruz Roja en las nuevas instalaciones de Hadú. Con muchas ganas y con coordinación entre todos, hicieron tartas y bombones que después se comieron entre los presentes, para celebrar el final del mes sagrado y romper el ayuno de la forma más dulce y sana posible. Integración y trabajo, de la mano.
El taller fue llevado a cabo por la entidad humanitaria, encontrando en la cocina una manera de pasarlo bien, de aprender a convivir y sobre todo de echar mano de actividades para hacer algo en común, durante el tiempo en el que estos menores marroquíes se encuentran en nuestra ciudad. Fue una jornada distinta porque el día lo merecía, debido al fin del mes sagrado para la comunidad musulmana que se celebró en este día. Desde el cierre del centro de Piniers, los menores que seguían viviendo allí fueron trasladados al centro de Hadú, bajo la gestión de la Cruz Roja. Este recurso provisional fue puesto en marcha hace un año a consecuencia del elevado nivel de ocupación en el Centro de Realojo Temporal de ‘La Esperanza’, y ante la necesidad de proteger la salud de los menores tutelados en la situación de pandemia. En los días previos a la clausura se trasladó a los aproximadamente 50 menores que aún permanecían en el alojamiento alternativo de Piniers. Las obras en el centro de Hadú han supuesto una inversión de casi 200.000 euros. El principal objetivo ha sido el de ampliar en 80 plazas más el inmueble, al margen de las ya habilitadas en las dos plantas superiores de este. También se ha habilitado un área específica para el aislamiento preventivo por la COVID-19 en el caso de que fuese necesario.