Carlos Folch, el 'número 2' de Ceuta Avanza, el partido "del lado humano" sin ideología que se dice centro y se comporta como Vox que Javier Guerrero presentó en junio, también se ha bajado del barco del exconsejero de Sanidad del Ejecutivo local. Este jueves ha presentado su "dimisión irrevocable" como secretario general, que ha atribuido a motivos de salud.
En un comunicado, Folch ha explicado que "el motivo de dar este paso tan difícil para mí después de varias visitas médicas en la península por mi incapacidad física es que me comunican que en los próximos meses me veré obligado a pasar por quirófano en varias ocasiones".
Según la versión oficial, "este motivo me impide cumplir con mis obligaciones de secretario general de Ceuta Avanza, ya que en los próximos meses nos enfrentamos a retos y compromisos tan difíciles y complicados por la celebración de las elecciones autonómicas a la Ciudad Autónoma".
"Creo que hay que ser responsable y dejar paso a personas que puedan desempeñar el cargo de secretario general de Ceuta Avanza con total dedicación para el desempeño de tan importante responsabilidad", ha completado.
La nota de adiós ha sido remitida a los medios
Su caballerosa despedida no oculta que hay mar de fondo. "Seria". La nota de adiós ha sido remitida a los medios por Juan Carlos Trujillo, cofundador del partido, que hace dos semanas emprendió el mismo camino espantado por la deriva de una formación en la que le cuestionaban hasta sus amistades. "Es mi persona de confianza", ha justificado Folch.
Trujillo se fue "decepcionado" tras "comprobar cómo el proyecto que acogí ilusionado y que ayudé a crear se torna crítico como consecuencia de las maniobras desleales de quienes ambicionan alcanzar el poder con estrategias espurias".
Antes de montar un partido propio el exconsejero de Sanidad, que dimitió tras conocerse su vacunación contra la covid-19 saltándose los protocolos se postuló a presidente del PP Regional. Después abandonó esa formación junto al propio Trujillo o a Carlos Folch.
Ahora ha fichado en la península para asesorarle como mínimo en cuestiones de comunicación a María Villaverde, autora de algunos artículos de opinión muy elogiosos con políticos locales como Mabel Deu y desde cuyo entorno familiar se ha alertado de la existencia de un "clan" que se mueve contra su nuevo jefe, al que en enero se prohibió seguir accediendo a los centros de menores de la Ciudad y que ha sido expedientado por el INGESA por atender a niños migrantes solos en el Hospital, prohibiéndoles expresamente que siguiera dándoles "obsequios".
Una cosa está clara, que a "alguien" no le interesa que este "partido" llegue a las elecciones, en buena forma, y por todos es sabido que en este país, todo aquel que saca los pies del tiesto, zapatazo y pa tu casa.
¿Quién es aquí el rencoroso?
En ese “partido”, parece que todos los que desfilan van con el paso cambiado, menos el ”soldado aventajado”.
Ese si desfila bien.
El rencor es tóxico, muy, muy tóxico.