La
Policía Nacional en Ceuta mantiene abiertos este lunes por la tarde los cinco carriles para vehículos disponibles en la
frontera del Tarajal, que ofrece un nivel de fluidez “total”, según han señalado testigos presenciales después de que durante el último mes tras su reapertura parcial se hayan registrado esperas de varias horas para entrar o salir de la ciudad autónoma básicamente generadas por los embudos creados en el puente internacional, donde
Marruecos tiene establecido su primer espacio de control sanitario y documental con un solo punto de verificación. La reforma realizada por el Ministerio del Interior en la parte española del paso no ha podido ampliar sus carriles existentes, que siguen siendo cinco, tres habilitados para acceder a Ceuta y dos para salir de ella en dirección a Marruecos, así como un sexto que se utiliza como vial de servicio interno.
A finales de mayo el horario de la explanada de Loma Colmenar se amplió a 24 horas al día y se estableció como obligatorio pasar por ella como paso previo a dirigirse a la frontera. El espacio se utiliza como válvula de control para evitar el colapso tanto del propio Tarajal como de la carretera nacional que desemboca en él y solamente se permite la salida de automóviles desde la parte inferior del Hospital Universitario en dirección al país vecino cuando fluye el tránsito hacia Marruecos, pero no si está atascado. La reapertura “gradual y progresiva” de la frontera del Tarajal comenzó el 17 de mayo, cuando Interior estaba a punto de concluir las obras acometidas en el paso, que han incluido la instalación de bolardos retráctiles para evitar el paso de vehículos kamikazes, así como el asfaltado de toda la superficie fronteriza, que ha sido repintada.
Hasta el 31 de mayo solamente pudieron salir o entrar en Ceuta los nacionales y residentes en la UE, las personas con TIE en vigor o resguardo de estar esperando únicamente su expedición y aquellos con visado Schengen. En esa última fecha se amplió la posibilidad de tránsito a los trabajadores transfronterizos. El volumen de personas que transitan por el paso a diario se ha estabilizado en el entorno de 3.000 ó 3.500 personas, aproximadamente una décima parte de las que lo hacían hasta la clausura ordenada en marzo de 2020. La fluidez del trasiego todavía no ha alcanzado la celeridad que se espera conseguir cuando estén instalados todos los mecanismos de frontera inteligente que se prevé poner en el Tarajal.