Qué es el tiempo? Una sustancia invisible, un mar que no vemos aunque nos aleje de la ordilla y termine haciéndonos mar. La luz de la mañana, la sombra de la tarde y la oscuridad de la noche.
Las largas horas que parecen minutos, los minutos que se convierten en horas, los besos de un segundo eternizado en los labios, los nueve meses de embarazo, la espera en un hospital mientras termina la operacion de alguien que amas.
Medir el tiempo, contar las primaveras de la juventud, los veranos de la adolescencia, los tristes otoños anunciando el invierno. Los inviernos recordando todas las primaveras y veranos aunque confundiendo el presente, el ahora, el momento; desubicado, perdido, desaparecido y buscándote entre seres extraños y desconocidos. No sabes quiénes son aunque pronuncien tu nombre, te enseñen fotos mientras te indican que eres tú hace 70 años. Escuchas voces: padre, abuelo...pero no sabes de quién hablan.
Cuando eres un niño no interpretas el calendario y parece que nada llegará nunca: las vacaciones, los reyes, los cumpleaños, el ratoncito Pérez. La juventud va difuminando aquellas fechas esperadas y viaja “viento en popa’ pues creemos vencer a Kronos. Somos invulnerables, tenemos todo el tiempo del mundo.
Saldrán las primeras canas, las patas de gallo, las arrugas disimuladas, las gafas para la presbicia; nos queda mucho partido, pensamos, y dará tiempo a todo.
Ayer me dijeron “mira el viejo”, “señor, ¿se quiere sentar?, ¿le ayudamos con la compra?”, y tengo 60 años. Me imagino que hablarán con otro que no soy yo.
Comprar tiempo, matar el tiempo, dejar pasar el tiempo, tiempo al tiempo, ha finalizado el tiempo, no tener tiempo, te sobra tiempo.
El médico me ha dicho que me quedan tres meses de vida, hace tiempo que no nos vemos, qué de tiempo, por ti no pasan los años.
Un reloj de arena, un reloj de sol, un reloj de pulsera, los palitos que dibujamos en una pared para saber cuándo cumplimos nuestra condena, las campanadas del 31 de diciembre, el año nuevo y el año viejo.
Estar a años luz, comprender que el tiempo depende de la velocidad, saber si es antes el tiempo, la gallina o el huevo.
¿ Qué sabrá un perro del tiempo? ¿Contendrá una pecera el tiempo de los peces? ¿Sabrán las hormigas de las prisas?
¿Pasa el tiempo si estamos en coma? ¿Desaparece cuando nos enamoramos y aparece en el dolor del abando?
Tempus fugit, Cape diem, memento mori, (fugacidad del tiempo, aprovecha el momento, recuerda que morirás).
Estando con mi madre veo que el tiempo me la arrebata, me dice que le pertenece; y yo veo al tiempo merodeándola, enseñandole sus fauces, rodeándola..y yo los espanto pero sé que perderé la batalla.
Los dioses envidian nuestra mortalidad.
Prepararse para transformarse el tiempo, para fundirnos en un viaje al todo, en un viaje a la nada.