Llevan muchos años sensibilizando a la sociedad en general, y a las Administraciones en particular, de lo que supone esta enfermedad que en Ceuta afecta, según cifras de la Asociación de Enfermos de Fibromialgia, a cerca de dos mil personas, aunque la asociación cuenta con cien asociados. Una cifra que va en aumento cada año, “aunque aún son muchos los que no están diagnosticados y están inmersos en ese calvario por el que pasamos todos de médico en médico para saber lo que te está pasando”. La presidenta de la entidad, Maya Arjandas, ultimaba todos los detalles para alzar la voz durante el día de hoy en el centro de la ciudad informando a todos los que acudían al estand que, como cada año, volvía a la calle con motivo del el Día Internacional de la Fibromialgia.
El reumatólogo es el especialista más importante en el proceso de diagnóstico y la asociación insiste en que es necesario un tratamiento farmacológico individualizado porque la sintomatología es muy diferente en cada persona. Es una enfermedad “invisible”, han vuelto a recordar. Un problema de salud pública que afecta al 6,3% de las personas en todo el mundo, y un 4,37% en España, siendo las mujeres quienes más la padecen.
En el marco de la jornada, la asociación ha puesto el acento en “la gravedad sociosanitaria de estos pacientes” y en las principales reivindicaciones de las personas que padecen la enfermedad, tales como un reconocimiento a nivel sanitario, jurídico, político y social. La inversión en investigación para que se pueda lograr una prueba diagnóstica y un tratamiento eficaz. El desarrollo de protocolos de atención adecuados. “Además de una mejora en la dotación y la atención multidisciplinar en el sistema público de sanidad”. Así como la formación especializada impartida al personal sanitario y las difusión de campañas de prevención.
Gracias a una partida de Asuntos Sociales, los asociados asisten a clases de baile que entra dentro del deporte moderado que recomiendan los médicos llevar a cabo. “En la actualidad la atención es sintomática, pero eso no evita el avance de la enfermedad ni la frena, solo atiende los síntomas como los dolores localizados, la fatiga, la rigidez, las contracturas… pero es necesario que exista más investigación sobre las causas”.