Cerramos una semana que ha dejado en evidencia las carencias del Ejército de Tierra en la planificación y ejecución de unas maniobras encaminadas al adiestramiento de las tropas.
La muerte de dos soldados en Cerro Muriano y el fallo del Tribunal Supremo, relacionado con la defunción de un legionario en unos ejercicios de tiro celebrados en Agost (Alicante) en marzo de 2019, requieren de un serio ejercicio de reflexión por parte del E.M. del E.T.
Urge desarrollar un protocolo interno dentro de las FAS para que con absoluta transparencia se delimiten responsabilidades.
El silencio estruendoso de las autoridades militares, incluyendo al JEME Enseñat, no resulta el mejor ejemplo de la actitud que se supone a un líder de su relevancia.
Ningún "código de buenas prácticas" refleja el silencio de los directivos cuando afloran problemas serios.
Requerimos unas Fuerzas Armadas preparadas y organizadas ante cualquier amenaza exterior, pero comprometidas con la asunción de responsabilidades de manera inmediata cuando unas graves circunstancias la demandan.
La Fuerza Terrestre que lidera el TG Melero Claudio debe ofrecer explicaciones convincentes para evitar la extensión del riesgo reputacional.
Por una fatal casualidad, GD Cepeda Jefe de EM de FUTER ejercía el mando cómo coronel de aquel Tercio al que pertenecía el CL Alejandro Jiménez Cruz, fallecido en aquellas maniobras celebradas en Alicante.
¿La responsabilidad "IN VIGILANDO" se limita a un Capitán o debe alcanzar a algún oficial de mayor rango?
Con el canto de la 'Muerte No es el Final' se rinde homenaje a los caídos, pero corresponde al Mando evitar en la medida de sus posibilidades que las fatídicas circunstancias se repitan en el campo de maniobras ante un enemigo imaginario.
Mis condolencias a familiares y amigos de los fallecidos, con la esperanza de que la labor de la Justicia delimite las responsabilidades de los culpables del hecho.
¿Algún concernido en la responsabilidad adoptará el sano ejercicio de la dimisión? Interrogante que no encuentra respuesta.