El colectivo aprovechó el Día Mundial del Farmacéutico, celebrado el domingo, para hacer un llamamiento a las autoridades
Un grupo de farmacéuticos ha unido las reivindicaciones particulares que desde hace años están en ‘boga’ en contra de la homeopatía y este fin de semana coincidiendo con el Día Mundial del Farmacéutico se han movilizado a través de las redes sociales con el nombre de ‘Farmaciencia’. Una carta abierta en la que exigen a las autoridades que “intervengan y demanden que la homeopatía no sea avalada por ninguna organización científica, gubernamental, universitaria ni profesional farmacéutica”. La carta ha sido dirigida al presidente del Colegio General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, los decanos de las facultades de Farmacia, el presidente de la Academia Nacional de Farmacia y a los presidentes de las sociedades científicas farmacéuticas.
La homeopatía es uno de los asuntos más polémicos del sector ya que la mayoría de las farmacias acepta sin reparos dispensar estos preparados a pesar de que muchos alegan que su efecto no va más allá del placebo. Aunque como señala Jose AntonioRuiz Moya presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ceuta, “hasta ahora se esta actuando conforme a la ley” y la legislación que regula el medicamento contempla la dispensación de la homeopatía. Ruiz Moya apunta que las técnicas homeopáticas han sido muy utilizadas por las civilizaciones anglosajonas desde hace siglos y aunque sus efectos no estén comprobados científicamente tampoco hay indicios de que sean un perjuicio para la salud. “Como farmacéutico si llega un paciente con una prescripción homeopática no me voy a oponer a su dispensación hasta que la ley me obligue”, puntualizaba.
No obstante el presidente explicaba que nunca se debe huir de las técnicas alopáticas, es decir, los medicamentos tradicionales de occidente. “Estos tienen su demostración científica, y sus efectos están respaldados por investigaciones, se pueden combinar ambas técnicas si el consumidor lo desea, pero nunca remplazar las alopáticas”, alegaba. Los comentarios de Ruiz Moya vienen motivados por situaciones en las que muchas familias prescinden de todo tipo de técnicas alopáticas, llegando incluso a obviar las vacunas, un procedimiento esencial y necesario cuyos efectos están más que patentados. “El no vacunar a un niño es un peligro tanto para él como un factor de solidaridad social que puede generar enfermedades que llevan décadas erradicadas. Hay que tener en cuenta que el medicamento es el gran descubrimiento del siglo XX”, subrayaba Ruiz Moya.