Mientras la ministra de Sanidad visitaba el Hospital Universitario de Ceuta en el hall del centro se vivían unos momentos de gran tensión. Más de una veintena de familiares de las personas ingresadas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) lamentaban que se hubiesen suprimido las visitas en el día de ayer. Algunas de las personas congregadas cerca de puerta de entrada presentaban un evidente estado de nerviosismo y otras lloraban. Según varios de los familiares presentes, el hospital no les había dado suficiente información sobre la causa que motivó la suspensión de las habituales visitas a la UCI programadas normalmente para la una del mediodía. El padre de un ingresado aseguró que intentó acercarse a hablar con la propia Leire Pajín para exponerle el asunto, pero que el equipo de seguridad se lo impidió.
El INGESA puntualizó ayer que la suspensión de la entrada de personas a la UCI se debió a causas médicas. El Hospital tuvo que restringir las visitas de familiares a causa del gran número de personas que habían acudido con tal propósito (sólo se permiten tres por cada enfermo), algo que según añadieron ocurre muy a menudo. Además, la gerencia del Hospital adujo que esta circunstancia se sumó a una intervención de urgencia para implantar un marcapasos.
Aunque algunos familiares especularon con que la causa podría estar en el revuelo montado por la visita ministerial, el INGESA desmintió rotundamente cualquier tipo de vínculo entre un hecho y el otro. Las autoridades sanitarias aseveraron tajantemente que este tipo de medidas se toman única y exclusivamente por prescripción médica, y aseguraron que dudar de ello era faltar al respeto que merecen los profesionales que trabajan en el Hospital.