Teresa es una vecina que, como tantos en Ceuta, ha recibido la
visita de familiares de la península coincidiendo con las vacaciones de verano y las Fiestas Patronales. El primer sábado de Feria, esta ceutí acudió con ellos a
San Antonio para disfrutar del mirador al atardecer y enseñarles
la remodelación del entorno de la ermita cuando se toparon con algo que nadie esperaba en un enclave turístico como éste. "¡Qué vergüenza, cómo está de
sucio el mirador! Luego subimos a la ermita y nos encontramos con que esa plaza nueva tan bonita que han hecho está de pena", lamenta Teresa. El contenido de las papeleras tirado por el suelo, bolsas de un conocido establecimiento de comida rápida por todo el camino sembrado hacia la capilla de San Antonio, los bancos y los muros llenos de botellas de cristal. "De mírame y no me toques", lo describe la anfitriona de sus familiares venidos de fuera de Ceuta. En definitiva, un enclave que debería estar cuidado al detalle al tratarse de una época proclive a la llegada de turistas, repleto de suciedad. "¿Cómo puede estar esto así? Es deprimente", añade esta caballa.
"¿Por qué con tanto gas de la risa no les dio por recoger la basura?"
Cuando vieron la cantidad de botellitas de 'gas de la risa' que había en el suelo, se preguntan por qué entre tanta carcajada no les dio por coger una bolsa y recogerlas en vez de dejar todo por ahí tirado. "Horroroso", concluye. Teresa recuerda que había en San Antonio otras dos o tres familias que aparentemente también habían venido de fuera a pasar unos días y, considera, "después se va la gente con el mar sabor de boca porque una zona tan bonita a la que sube tanta gente para ver aquello no puede estar en esas condiciones". Esta ceutí solo pide respeto por un lugar como San Antonio y, o que limpien, o que las personas que frecuenten la zona tengan un poco de consideran, recojan la basura que generen y la echen en bolsas en los contenedores. "No pude fotografiar la parte de arriba porque había allí una pandilla... Pero eso estaba igual, de vergüenza", puntualiza. Con esta queja ciudadana, Teresa solo quiere que los ceutíes, especialmente los jóvenes, se conciencien y se acostumbren a llevar consigo una bolsa, "como hacemos con la de los perros", para retirar todos los envases de lo que se comen y beben en lugares como San Antonio.