Las historias de españoles que se encontraban, y muchos aún se encuentran, atrapados en el país vecino sin poder cruzar los escasos metros que separan Marruecos y Ceuta, son más de las que nos gustaría, y más aún cuando se trata de marroquíes residentes en nuestro país. Marroquíes que llevan años aposentados en España con sus trabajos y familias aquí, y a los que la Policía de su propio país no deja volver a la que ahora es su casa.
Pero este no es el caso de Alicia Benito, una granadina de 33 años, y su marido Abdelkader El Karaoui, un marroquí de 40 que desde hace algo más de tres años residen en Granada, donde ahora está su hogar, junto a los dos hijos que tienen en común. Esta familia afortunadamente tuvo más suerte.
La pareja regenta desde hace más de diez años una agencia de viajes en Marruecos, ‘Tour por Marruecos’, que también atienden a través de la web. Por eso pasan largas temporadas en España y otras en un pequeño pueblo en el desierto de Erg Chebbi en Marruecos donde tienen su agencia, Khamlia.
Así, los cuatro juntos se encontraban desde febrero en su casa en este pequeño pueblo cuando los clientes y sus familiares desde España empezaron a ponerse en contacto con ellos y “nos decían que se había declarado el estado de alarma, que se estaban cancelando todos los vuelos y que se iban a cerrar las fronteras”, comentó Alicia. Lógicamente y por responsabilidad su primera preocupación fue ayudar a todos sus clientes españoles que se encontraban en el país vecino para que pudieran salir del país y volver a la Península.
De esta manera, la pareja estuvo desde el primer día en contacto con el Consulado español y la Embajada para ver a través de qué medio podían salir los españoles de Marruecos. “Así fue como nos enteramos de que mis hijos y yo al tener pasaporte español sí podíamos salir, pero mi marido, a pesar de tener NIE, al tener pasaporte marroquí, no podía”, recordó.
Por eso, “como íbamos por unos cuantos meses”, los primeros días la familia decidió permanecer unida y pasar la cuarentena en su casa en Marruecos porque “si salíamos queríamos salir los cuatro juntos, no queríamos que mi marido se quedara atrás”. Además, desde su casa en Khamlia hasta la frontera con Melilla “teníamos unas 12 horas en coche y a Ceuta un poco más”, por lo decidieron que no era un viaje apropiado para un bebé de cinco meses y para un niño de dos años y medio. “Tampoco nos aseguraba nadie que nos pudieran dejar pasar porque seguían diciendo que las personas con pasaporte marroquí no podían salir del país”, relató.
De esta manera, como las tecnologías están para facilitarle la vida a las personas, a través de las redes sociales el día 16 de marzo “vimos una publicación de que España iba a dejar pasar a nacionales y a residentes también”. Además, las cosas se iban complicando y “los mensajes que nos llegaban cada día eran más preocupantes”, por lo que decidieron que sería mejor volver cuanto antes.
La madrugada del 16 al 17 de marzo hicieron la maleta rápidamente y decidieron coger su coche para poner rumbo a la frontera de Melilla, por donde intentarían cruzar en ferry hasta Granada. Y así fue como lo hicieron. El 17 por la mañana llegaron a Melilla, pero cuál fue su sorpresa que la Policía marroquí no dejaba salir a del país al marido de Alicia “por no tener pasaporte español” y “después de perder el ferry que teníamos para cruzar y dos horas de espera allí, nos dijeron que si comprábamos el siguiente que había y les mostrábamos los billetes sí nos dejarían”, así que fue lo que hicieron.
Finalmente, les dejaron pasar a toda la familia junta y ese mismo día consiguieron llegar a su casa en Granada. “Al final por los niños nos parecía más seguro pasar la cuarentena en nuestra casa en España y tuvimos suerte porque íbamos con los dos pequeños y nos dejaron pasar, pero otros muchos marroquíes residentes en España se quedaron allí”, concluyó.