EL CEIP Santa Amelia celebró ayer la cuarta edición del certamen de chirigotas y comparsas en el que todo el centro se vuelca para pasar un buen rato
“La dire se lo ha tomado bien, no le importa que le cantemos a ella porque se harta de reír cuando nos ve actuando”. Es el primer año que Samra, alumna de 6º A del CEIP Santa Amelia, participa en el certamen de agrupaciones de carnaval que se organiza en el centro. Le ha gustado tanto la experiencia que, junto a varias de sus compañeras de la comparsa infantil, ya se ha informado sobre qué es hace en los institutos. Les han dicho que allí, en el Puertas del Campo y en el Siete Colinas, también podrán cantar. Samra va vestida de ‘guiri’ y, si usara la cámara de fotos para retratarse, sería consciente de la infinita sonrisa que lleva dibujada en la cara después de bajar del escenario. Pero no es la única.
Samra es solo una de los más de treinta alumnos del centro que ayer tomaron parte del IV Certamen de Carnaval que, durante buena parte de la mañana, centro la atención del colegio. El salón de actos se quedaba pequeño, así que hubo que realizar tres sesiones diferentes para que todo el alumnado pudiera juzgar a sus dos chirigotas y la comparsa del tercer ciclo. Además el lunes por la tarde serán los padres quienes ejerzan como público y aplaudan las coplas que los niños han preparado durante poco más de dos semanas. “Hemos ensayado durante los recreos”, comentaban los niños.
Manuel Utrera, Pedro Escámez y Enrique Herrero son los tres maestros que se han hecho cargo de la organización. Utrera y Herrero a la guitarra, y Escámez haciéndose cargo de la percursión pusieron la música mientras que los niños ponían las voces. “La verdad es que estoy muy contento porque se lo han tomado muy en serio, se nota que les gusta, suenan afinaditos y además interpretan lo que dicen las letras”, aseguraba Escámez. El hecho de que la mayor parte del alumnado del Santa Amelia sea musulmán propicia que la mayoría de ellos no haya escuchado hablar en su vida de las chirigotas y las comparsas. “No lo tienen muy claro, pero para eso les hemos puesto algún video”, explicó el maestro de Música, “por ejemplo han visto a la chirigota del Canijo de este año que, al ir disfrazados de materiales escolares, les ha gustado mucho”.
Es sus caras se notaba a la legua lo cómodos que se sentían sobre el escenario. Ayer eran los protagonistas y exprimieron al máximo sus minutos de popularidad. Una lástima, según Escámez, que el carnaval ceutí haya perdido a sus agrupaciones infantiles y juveniles por las que tanto lucharon hace años conocidos carnavaleros como Pepe Romero. Y es que cuando a un niño se le incentiva y se le motiva, máxime con una actividad divertida como esta, lo dan todo. “El profe nos daba la letra escrita en un papel, nos la llevábamos a casa y ahí nos la aprendíamos”, explicaba una de las aborígenes, Hana, de 4º B. Como ella, su compañera Ghizlane, asegura que nos les importaba perderse los recreos para ensayar y que como, les gusta cantar y actuar, ha sido bastante fácil. Además, ambas niñas recordaron que la indicación para este año es que el disfraz se confeccionara sin necesidad de comprar nada. Por eso se han elaborado un llamativo collar al estilo de las tribus africanas, pero en lugar de utilizar huesos o piedras lo han hecho con macarrones de colores y diferentes formas.
Entre el público, impaciente porque arrancaran las actuaciones, había quienes ya sabían lo que iban a presenciar. Una de ellas era Aya, de 4º A, que en el certamen del año pasado fue una gran chirigotera. “Yo iba de Pinocho, este año no he pedido entrar porque así otros niños de mi clase pueden cantar y ser miembros de una chirigota”, decía la niña desde primera filas del abarrotado salón de actos. Tampoco faltaban las cámaras de fotos y de vídeo, e incluso la televisión pública se hizo eco de un evento en el que Ibrahim, protagonista del momento ‘Gangnam Style’ en la chirigota ‘Los que vienen del Este’, fue una de las estrellas. “Lo he aprendido de verlo en la tele”, aseguraba el niño después de desenfundarse las gafas de sol. Una suerte que las babuchas no le jugaran una mala pasada, se nota que tenía todos los detalles más que controlados.
Los que vienen del este. “¿Cómo? ¿Que no te enteras? Como te vas a enterar... ¡si soy chino!”
Comienzan su actuación arrodillados para, tras desperezarse, presentarse ante su afición. Esta chirigota, compuesta por los niños de primer ciclo de Primaria, viene del Este. Chinos, japoneses... Por eso en una parte de su repertorio no les entendemos. “¿Cómo? ¿Que no te enteras? Como te vas a enterar... ¡si soy chino!”, exclaman para aclarar dudas al auditorio. Se nota que sus letras calan en la afición, pues más de uno en la sala se sabe el estribillo que dice “Cuando te digo chino del alma, tú me contestas chino de amor”. Los toques orientales de las vestimentas árabes han servido para que, unas chilabas y unas babuchas acompañadas de un moño oriental y algunos complementos, los pequeños adquieran el toque oriental necesario.
Los maoríes. “Yo soy un aborigen y vengo a cantar una copla. Coplitas de carnaval”
El presentador lo adelanta: “¡Ahora viene un grupo con mucha guasa!”. Y no le falta razón. Arrancan con la sintonía del anuncio de Colacao diciendo “yo soy un aborigen, y vengo a cantar una copla. Coplitas de carnaval”. Sin pelos en la lengua los niños del segundo ciclo dedican el primero de sus cuples a Lola, la directora, de la cual dicen que “quiere cambiar este colegio”, así que ellos le animan a que quite la peste del cuarto de baño. Atentos a la interpretación de estos pequeños, que no dejan títere con cabeza.
Como las chirigotas gaditanas, entre cuplé y cuplé el público se anima. “¡Hurra Dina!”, se escucha desde el patio de butacas. El segundo se lo dedican a las maestras “que no quieren que les cantemos en estos carnavales” y, tras poner nerviosa a más de una, terminan piropeándoles y asegurando que son geniales.
Con la cara pintada, una falda de tiras hecha a base de bolsas de plástico y unas pegatinas sobre su camiseta marrón parecen recién salidos de una zona selvática del África subsahariana. ¿No les parece?
Los cosmopolitas. Seriedad y reivindicación sobre diferentes aspectos sociales de la mano de la comparsa de los alumnos de tercer ciclo
Mexicanos, neoyorkinos, turistas... La comparsa formada por los niños de 5º y 6º de Primaria es un popurrí de ciudadanos cosmopolitas que dedican dos serios y reivindicativos pasodobles a la afición. El primero sobre la reforma de la ley educativa del Gobierno concluyendo con un “que yo solo soy un niño y de eso no quiero entender”. El segundo dedicado a un amigo que ha dejado la escuela y que ya no tiene casa, rogando en la conclusión que él solo quiere volver a ver a su amigo sentado a su lado en la escuela para, juntos, “volver a soñar”.
Mención aparte merecen los cuplés que apuntan, en primer lugar, al recorte en las nóminas de sus maestros y, en segundo lugar, a los robos que ha sufrido el centro, tratando de poner al mal tiempo buena cara. Aunque la letra no se hizo tras el último robo sufrido el pasado fin de semana, sino tras los anteriores, se nota que esta comparsa no pierde de vista la actualidad.
Presentadores escogidos a conciencia
El Santa Amelia no tiene presupuesto para traer a Modesto Barragán y Manolo Casal, pero los elegidos para presentar el certamen lo hicieron muy bien a pesar del poco tiempo que llevan en Ceuta. Los tres niños elegidos para dar paso a las agrupaciones proceden del aula de inmersión lingüística, es decir, son los últimos alumnos que han llegado al centro procedentes de Marruecos y que todavía se encuentran afianzando su aprendizaje del español. La idea, como comentó el coordinador del contrato programa que lleva a cabo el centro desde hace varios años, ha sido que a través de esta actividad los alumnos se sientan por un minuto protagonistas y vean que el centro se vuelca en su integración. Aprendieron sus breves discursos en apenas un par de días y, a pesar de tener que pronunciar palabras tan complicadas como ‘guasa’ pasaron la prueba con nota. Un detalle por parte de los maestros que demuestra el buen clima del centro.