A las 12.10 horas de este viernes 23 de septiembre Hamido Amar ya no ha podido más. Este popular vecino de Ceuta, muy conocido por regentar un
puesto de venta de especias en el Mercado Central de la ciudad, ha fallecido en la UCI del
Hospital Universitario de Ceuta tras casi tres meses luchando y batallando contra varias complicaciones de salud. Tenía 61 años. Todo comenzó, explican sus familiares (son 15 hermanos en total), cuando hace casi tres meses Hamido sufrió una aparatosa caída tras cruzar la frontera hacia
Marruecos. “Tras la reforma Marruecos hizo un cambio muy malo para las personas que cruzan a pie, te obligan a subir una cuesta empinada pero que, además, está ladeada hacia la izquierda”, explica su hermano Hamadi. Fue ahí que ese día Hamido se cayó (como ha ocurrido ya a varias personas porque hasta hace poco ni siquiera había barandillas) y se golpeó fuerte la cabeza. Desde ese momento la
salud de Hamido empeoró día tras día. Al ser examinado del golpe en la cabeza los médicos empezaron a encontrar otras afecciones en su salud que obligaron, incluso, a su evacuación a Cádiz, donde fue operado. Ya de regreso, trataba de despertar del coma en la UCI.
Y lo logró. “Hace unas dos semanas despertó e incluso le cerraron la traqueotomía”, explica su hermano, quien estaba a su lado en el momento de su último suspiro, “pero recayó y desde ayer ya sabíamos que no había solución, que este fin de semana nos iba a dejar”. Muy conocido y apreciado por su atención en el
Mercado, Hamido Amar también era antaño conocido por ser un gran balonmanista. Y es que en sus años de juventud estuvo vinculado a los equipos de la ciudad, teniendo y demostrando una gran habilidad para este deporte al que siempre estuvo unido. Ahora se marcha de forma discreta, dejando una huella única entre quienes compartieron tantos años de anécdotas ante el mostrador de su puesto y que, seguro, le extrañarán cada vez que pisen el mercado. La familia informa que su cuerpo será enterrado este sábado a partir del mediodía en el cementerio de Sidi Embarek, partiendo sobre la una de la tarde de la casa familiar situada en la calle Martín Moreno. Lo más importante, dicen quienes estaban con él, es que ha luchado con todas sus fuerzas y aunque finalmente el agotamiento le ha vencido, ha muerto tranquilo y en paz.